El triunfo del Barcelona ante el Elche (5-0) que deja cerrado su pase a los cuartos de final de la Copa del Rey se convirtió en un asunto menor para los aficionados azulgranas. El Camp Nou, con apenas 27.000 espectadores, vivió el primer plebiscito en en esa pugna de poder que ha llevado al enfrentamiento a Luis Enrique y Leo Messi.
Y los pocos aficionados que se dieron cita en el estadio expresaron unánimemente su decisión. El duelo tuvo como claro vencedor a Messi, vencedor reforzado en el pulso con el técnico dentro de la convulsa situación que vive el club barcelonista. No solo la actuación del argentino, que marcó un gol y dio una asistencia, fue el motivo para la ovación de los aficionados. La calurosa acogida con la que fue recibido dejó claro el favor de la grada, comparado con el trato frío que vivió Luis Enrique.
No era el mejor clima para que el equipo se centrase estrictamente en el plano deportivo. Con la destitución de Andoni Zubizarreta, la convocatoria de elecciones por parte del presidente Bartomeu y el enfrentamiento entre el entrenador y el futbolista, la tensión se hizo patente en un Camp Nou que ofrecerá su veredicto definitivo este fin de semana en el transcendental duelo ante el Atlético de Madrid.
Pero si algo quedó claro es que por primera vez se pudieron escuchar silbidos contra Luis Enrique. Cuando la grada de animación comenzó a realizar cánticos a su favor una parte importante del estadio lo silenció con pitos. Todo lo contrario sucedió con Messi. Marcó el tercer tanto azulgrana justo antes del descanso. Cuando el colegiado ordenó a los equipos irse a vestuarios recibió una sonora ovación y se coreó su nombre. Messi respondió con una reverencia y se supo ganador del pulso con Luis Enrique.