Como ya sucedió el año pasado, no está clara la continuidad de Iker Casillas en el Real Madrid cuando finalice la temporada. Ni el portero ni el propio club saben qué pasará este próximo verano, pero por si acaso desde las oficinas del Madrid se trabaja en un hipotético escenario sin el capitán del equipo.
Los pitos de la afición, el estar eternamente cuestionado, el haber perdido peso dentro del vestuario y no pasar por un buen momento deportivo, son las causas que provocan la indecisión del portero, que podría haber jugado este pasado domingo, su último clásico ante el Fútbol Club Barcelona. Su emotivo abrazo con Xavi Hernández pudo contener una carga emotiva justificada y es que quizá, también sea el último Barcelona-Real Madrid para el centrocampista.
En el club lo tienen muy claro. El presidente Florentino Pérez no va a echar a Iker Casillas nunca. Le consideran "un símbolo" y forzar su salida sería una decisión impopular. Si Iker se marcha del Real Madrid será porque el portero haya querido. La única opción para que ellos decidan que Casillas se vende, pasa por que llegue una gran oferta económica "que no esperan por el mal estado de forma del portero", afirman.
El Real Madrid trabaja en la contratación de un portero. Saben que Iker podría dejar el club y en la agenda como primera opción está el guardameta del Manchester United, David de Gea. Tienen preferencia sobre el futuro de Kiko Casilla, portero del Espanyol y de cara al futuro, gusta mucho el joven arquero argentino, Batalla.
Veremos si el del domingo ha sido el último clásico de Casillas. Aunque siempre está la posibilidad de que Madrid y Barcelona se enfrenten todavía en la Liga de Campeones.