El periodo de guerras, amenazas y traiciones que vive el fútbol español ha abierto un nuevo capítulo que vuelve a poner de manifiesto la tensión existente entre todos los organismos que lo rigen. De nuevo con el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, como protagonista la batalla se ha abierto con la excusa de la sanción de la FIFA contra el Almería.
Según apunta en su edición de hoy el diario ABC, Villar ha amenazado con denunciar a España ante la FIFA si el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) interviene en el castigo contra el equipo andaluz. El máximo organismo del fútbol mundial sancionó al Almería con la pérdida de tres puntos después de estudiar la denuncia del Aalborg por el impago de los derechos de formación de Jakobsen. El club danés reclama al Almería más de 50.000 euros, algo que los andaluces dieron por satisfecho en el precio del traspaso. Sin embargo, la comisión disciplinaria de la FIFA dio por probado el impago y el agotamiento de la vía deportiva para recurrir.
Fue entonces cuando el equipo rojiblanco dirigió su reclamación al TAD, que trasladó su consulta a la Federación. En ese momento, Villar salió al paso al sentirse amenazado por lo que entiende que sería una injerencia en asuntos federativos y ha lanzado la amenaza de denunciar ante la FIFA si el TAD se entromete en la sanción. Las consecuencias de la denuncia podrían dejar a España sin participar en competiciones internacionales.
No es la primera vez que desde la Federación se amenaza con recurrir a la FIFA. Es habitual que Villar utilice amistad con su presidente, Joseph Blatter, para amenazar al Gobierno. En el trasfondo del asunto está el enfrentamiento abierto con el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), Miguel Cardenal. El CSD ha instado a la Federación a que le deje analizar sus cuentas a través de una auditoria, algo que Villar ha rechazado una y otra vez. Esgrime que renunció a la subvención estatal para ganar autonomía y ha decidido saltarse la norma. El desencuentro con Cardenal es absoluto y ante cualquier amenaza de intervención externa, la FIFA se ha convertido en el salvoconducto para que Villar continúe gobernando sin límites el fútbol español.