El Fenerbahçe ha pedido que la Superliga turca sea suspendida después del ataque armado sufrido cuando viajaba en su autobús la noche del sábado, en un asalto sin precedentes.
"Creemos que hasta que no se aclaren las circunstancias del asalto, la suspensión del campeonato es inevitable. Buscar y castigar a los autores de este acto es de vital importancia para el Fenerbahçe", dice el club estambulí a través de un comunicado hecho público en su página web.
La Federación Turca de Fútbol (TFF) ha "denunciado en los términos más enérgicos" el incidente, solicitando que los autores sean "inmediatamente llevados ante la justicia y castigados", mientras que la prensa deportiva estaba en shock ante este ataque sin precedentes Turquía, donde la violencia es habitual en el fútbol.
El ministro de Deportes, Cagatay Kilic, califica el ataque de "cobarde e inhumano" y dice que se han estudiado "todas las opciones", incluyendo el de una suspensión temporal de los partidos de fútbol.
El conductor herido logró detener el autobús con la ayuda de los guardias de seguridad del club. Fue llevado de inmediato a un hospital, donde fue operado y su vida no corre peligro. De no se por la intervención del chófer, el autobús podría haber caído en un barranco.
"Es increíble. El ataque sólo se diseñó para cometer un asesinato", lamenta el vicepresidente del club, Mahmut Uslu, que se encontraba en el autobús. Ningún jugador sufrió heridas en el ataque y el equipo regresó a Estambul, donde fue recibida por cientos de seguidores.