"Los GPS son para que no se pierda ningún jugador". Luis Enrique bromeaba hace unas semanas cuando le preguntaban sobre los chalecos que solían lucir los jugadores del Barcelona. Y lo cierto es que no estaba muy equivocado, ya que lo que ha conseguido con ese aparato es que los jugadores del Barcelona se pierdan menos partidos. Algo que choca claramente con la situación que ha vivido y vive Pep Guardiola como técnico del Bayern de Múnich.
El de Santpedor está sufriendo su peor temporada al frente de un equipo en cuanto a lesiones se refiere. En el último partido de Champions, en el que remontaron con un set incluido ante el Oporto, Guardiola no pudo contar con los defensa Benatia y Alaba, el centrocamposta Javi Martínez y los delanteros y puñales del equipo, Arjen Robben y Franck Ribéry. Cinco sensibles bajas, sumados a Lahm, tocado pero que sí jugó, y a Schweinsteiger que, aunque convocado, no disputó un solo minuto.
El grande con más bajas
Estos datos se quedan cerca de la media de bajas que ha tenido el técnico del Bayern en la presente campaña. Según unos datos que muestra Martí Perarnau a través de Transfermarkt, el conjunto muniqués sufre una media de mínimo 6 jugadores de baja, es decir, han dejado de jugar el 23'71% de los jugadores. Y una media de 63 días de baja por jugador. Y no hemos llegados a los 300 días de temporada.
Es, el de Guardiola, el equipo que más bajas muestra de entre los principales equipos alemanes, ingleses, españoles e italiano, más el PSG. Le siguen de cerca el Arsenal, con el 22'75% de jugadores de baja por partido; y el Dortmund, con el 20'60%.
Unos datos que chocan, por ejemplo, con los otros equipos de cuartos. La Juventus tiene un 10'53%; el Real Madrid un 10'10%; el Atlético un 7'48%; el Barcelona un 6'33%; y el PSG sólo un 5'05%.
Los datos del GPS para prevenir lesiones
Sin embargo, nos centramos en el Barcelona, el ex equipo de Guardiola y que ahora dirige Luis Enrique. El técnico asturiano ha llegado con nuevos métodos y apoyo de tecnología. Los azulgranas han utilizado los chalecos de la marca irlandesa STATSports -que no patrocina al equipo y razón por la que ahora han tapado su logo en el pecho -. Sirve para conocer los datos de los jugadores y así saber si necesitan descanso o pueden seguir. Gracias a esa información, Luis Enrique pudo decidir dejar a Jordi Alba en el banquillo ante el Valencia porque había "jugadores que no pudieron participar por riesgo de lesión". Ahí está la clave. Te avisa de los riesgos a los que pueden llegar los jugadores.
Velocidad, aceleraciones, índice de fatiga, impactos y demás cuestiones relativas al trabajo físico son medidas por estos GPS. Pero no sólo es el Barcelona el equipo que lo luce en sus entrenamientos. En España también hemos visto a los jugadores del Valencia. En Inglaterra, son mayoría los que lo usan; también Juventus, Galatasaray o Bayer Leverkusen, como equipos más relevantes. No es fiable de manera absoluta, pero sí que sirve para tener unos índices aproximados.
De momento, al Barcelona, ya sea por uno u otro factor, al menos le ha servido para bajar el número de lesiones. De las 44 que padeció la temporada pasada, de las cuáles nueve fueron roturas y 15 en el bíceps femoral (ese músculo que tanto castigó al Barcelona), según un estuido de Catalunya Ràdio.
Guardiola culpó al cuerpo médico
Y estos datos, obviamente, contrastan con lo que se vive en Säbener Strasse, lugar de entrenamiento del Bayern de Múnich. De hecho, tal es la plaga de lesiones en las dos últimas temporadas que Guardiola 'culpó' al cuerpo médico de una de las últimas lesiones sufridas. Sin embargo, lesiones musculares sólo ha tenido cuatro, además de leves molestias musculares. La mayoría de bajas han llegado por las llamas lesiones de origen traumático, producidas por choques, golpes, entradas de rivales o simples accidentes.
Aunque lo cierto es que Guardiola apenas ha podido contar en sus dos temporadas al frente del cuadro muniqués de toda su plantilla al completo. Ya sea por A o por B, siempre ha tenido alguna baja. Badstuber, Götze o Schweinsteiger nada más llegar. O las de Javi Martínez y Thiago de larga duración. Sólo ocho días.
Ya empezó, como cuenta Martí Perarnau en su libro Herr Pep, en el que pasa un año junto a Guardiola en Múnich siguiendo sus vivencias, que de salida no estaba contento con los métodos del médico Hans-Wilhelm Müller-Wohlfhart. Nada más empezar la primera temporada, perdió a Neuer y Ribéry para la supercopa de Alemania ante el Dortmund. Y al primer entrenamiento tras ese partido, (que perdieron), al pasar cuarenta horas, los dos estaban listos. Ése fue el primer momento en el que llegó el desencuentro de Guardiola con el cuerpo médico.
Y tampoco le gustaba el hecho de no tener al médico en las sesiones de entrenamiento, de manera que si algo ocurría, tenía que ir el jugador a la clínica del doctor en el centro de la ciudad. De hecho, algo no funcionada al cambiar Guardiola los métodos de entrenamiento a los que estaban acostumbrados los jugadores del conjunto alemán. Los jugadores, como detalla Perarnau, le pidieron en alguna ocasión a su entrenador ir a trotar al monte cercano, como complemento a su entrenamiento. "Ahora regresarán y creerán que han entrenado duro porque han corrido un cuarto de hora. Pero sólo es un efecto placebo", decía Guardiola.
Lo cierto es que en los seis primeros meses sólo 4 jugadores no sufrieron lesión alguna. Pero sin bajas o con ellas, Guardiola está en semifinales de la Copa de Alemania, líder en la Bundesliga y en semifinales de la Champions. Pero con unos jugadores más cansados de lo que debieran debido a la falta de rotación que no puede incluir el de Santpedor por las numerosas ausencias. "La situación es crítica, muy crítica", dijo antes del duelo de ida ante el Oporto. "Tengo de momento 14 jugadores, no tengo muchas alternativas. Estamos cansados pero espero que la mente pueda controlar las piernas".
Numerosas ausencias por lesión que este año no se están viendo en un Barcelona que, gracias al GPS, conoce el estado físico de cada uno de sus jugadores en cada momento. Valen alrededor de 1.500 euros cada chaleco. Y todo se recoge en una base de datos con la que Luis Enrique puede decidir sin necesidad de agotar a sus jugadores. La gestión del vestuario que le ha costado broncas con algunos jugadores ahora tienen su sentido.