Para los aficionados españoles será difícil olvidar el Mundial de Corea y Japón de 2002. El combinado dirigido entonces por José Antonio Camacho había vuelto a despertar la ilusión y el sueño de alcanzar las semifinales estaba al alcance de la mano del equipo. El rival era Corea del Sur, selección anfitriona que había dejado en octavos a Italia en un partido marcado por el bochornoso del colegiado ecuatoriano Byron Moreno. A priori, era un rival más débil y la oportunidad era histórica. Sin embargo, aquel día se escribió uno de los capítulos más dolorosos e indignantes de la historia del fútbol español.
"No ganamos porque no nos dejaron", afirmó Camacho tras el partido que dejó a España fuera del Mundial en la tanda de penaltis. Trece años después, la prensa italiana apunta a los supuestos amaños de partidos en favor de los anfitriones en una trama de corrupción en las últimas dos décadas que ha salpicado a la FIFA. Desde un primer momento, causó sorpresa la elección del equipo arbitral para un partido de cuartos de final. El colegiado principal era el egipcio Gamal Al-Ghandour, acompañado por el ugandés Tomusange y el trinitense Ragoonath. Un trío arbitral con escasa experiencia internacional.
La indignación de los futbolistas españoles no dejó de crecer en todo el choque. Las continuas faltas no pitadas de un lado y otro y los dos goles anulados desataron los nervios de la expedición española que siempre sintió que aquel partido fue un bochornoso robo. Estas son las jugadas más sospechosas:
Gol anulado a Baraja
Supuestamente, Al Ghandour entendió que existía una falta previa del centrocampista español. Las imágenes demuestran que no solo no hubo falta si no que se podía haber pitado hasta penalti.
Gol anulado a Morientes
Nada más comenzar la prórroga y tras sufrir continuas faltas que inexplicablemente se quedaron si sanción, Morientes volvió a adelantar a la selección española en una gran jugada de Joaquín. Esta vez, la excusa para anularlo fue que el balón había salido por la línea de fondo antes del centro del andaluz. De nuevo, las imágenes, demostraron que no quedaba ninguna duda posible: el balón no había salido.
Fueras de juego
Con España desquiciada por los colegiados volcada al ataque y Corea mirando el reloj para ir a la tanda de penaltis, el juez de línea decretó fuera de juego en tres jugadas consecutivas en las que Luis Enrique, Morientes y Mendieta se quedaban solos ante el portero coreano. Ninguno de los tres era.