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Copa del Rey

¿Por qué juegan la Copa del Rey Barcelona y Athletic?

La deriva separatista de ambos clubes choca con la intención de seguir jugando competiciones españolas.

La deriva separatista de ambos clubes choca con la intención de seguir jugando competiciones españolas.
Final de la Copa del Rey entre Athletic y Barcelona. | EFE

Fue un minuto de bochorno en el palco del Camp Nou, el rey Felipe VI aguantó durante 60 segundos una atronador pitada al himno español antes de la final de la Copa del Rey entre el Barcelona y el Athletic. Entre el resto de presentes, el ministro de Educación Cultura y Deporte, José Ignacio Wert mantenía el semblante serio, el presidente de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas, sonreía y miraba al horizonte y el resto de presentes parecían guardar la compostura mientras dirigían la mirada hacia otro lado.

En la zona de los seguidores barcelonistas se pudo ver una gran estelada que cubría gran parte de la grada, mientras que en la zona de los aficionados del Athletic abundaban las pancartas que reclamaban el acercamiento de los presos de ETA. De forma casi unánime, todos los hinchas presentes en el campo optaron por pitar con violencia los acordes del himno español.

No es la primera vez que este hecho se producía de forma virulenta en una final en la que participaban ambos equipos. Se había repetido en las dos últimas finales que habían disputado en Mestalla (Valencia) y en el Vicente Calderón (Madrid). La excusa de un partido de fútbol se había convertido en el motivo perfecto para aprovechar un acontecimiento deportivo y usarlo como plataforma y altavoz del separatismo.

Varias organizaciones secesionistas repartieron 10.000 silbatos antes del partido. Era un plan perfectamente premeditado para cometer una falta de respeto al himno español, algo que conocían los clubes desde antes del encuentro. En el Camp Nou se ha convertido en habitual que en el minuto 17 y 14 segundos se pida desde las gradas la "independencia". El club no oculta su deriva nacionalista y desde su directiva se han pronunciado abiertamente hacia al separatismo. Algo parecido sucede en el Athletic. En las gradas de San Mamés es habitual escuchar cánticos a favor de ETA con la permisividad del palco y las pancartas separatistas son la tónica general del paisaje del graderío.

Barcelona y Athletic concilian con el separatismo y no lo ocultan, pero no barajan la idea de abandonar las competiciones españolas. La molestia de escuchar el himno español y "soportar" la presencia de Felipe VI en el palco tendría la sencilla solución de renunciar a la competición. Sin embargo, es algo que ni siquiera quieren plantearse en el caso de que el separatismo de España triunfase. El beneficio económico de jugar la Copa del Rey nada tiene que ver con el de jugar la Copa de Cataluña y los sentimientos se quedan a un lado cuando de lo que se trata es de salvaguardar la economía de la entidad.

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