Él no quería, está claro. Pero el pobre Diego Costa pasó un mal trago cuando jugaba en el Atlético de Madrid. El delantero hispano-brasileño atropelló a su perro sin querer.
Así lo ha contado el que fuera compañero suyo en el conjunto rojiblanco, el brasileño Paulo Assunçao. Una anécdota que recoge nuestro compañero Fran Guillén en su libro Diego Costa: El arte de la guerra, publicado en mayo de 2014 y que acaba de ser traducido al inglés para que lo disfruten los seguidores del Chelsea.
En el libro, Assunçao cuenta que "Diego trajo a su Yorkshire Terrier a Madrid. Pero, un día, cuando estaba aparcando su coche, no se dio cuenta de que el perro estaba detrás del vehículo y lo aplastó". Un accidente que cambió el carácter de Diego Costa. "Estuvo devastado, totalmente deprimido durante un mes. Cuando le pregunté por qué estaba así prácticamente se hundió", explica Assunçao.
Una situación, el atropellar a tu propio perro, que dejó tocado a Diego Costa. Según Assunçao, Costa estaba abatido y le dijo: "Es increíble, no puedo creer que haya matado a mi perro". Una simple anécdota de mala suerte que acabó con la vida de su perro y que nos muestra al Diego Costa menos peleón y más corazón.