El duelo entre el Real Madrid y el nuevo PSG de Ángel di María -el hombre que, aún vistiendo de blanco, levantó las iras de gran parte del Bernabéu con su famoso acomodamiento-. También el del Atlético de Madrid contra el Benfica de Raúl Jiménez, el de Fernando Llorente contra la Juventus o el de Memphis Depay, la nueva estrella del Manchester United, contra su exequipo, el PSV Eindhoven.
La fase previa de la Champions tiene muchos puntos calientes, sí, pero sin duda el gran morbo va a estar el 29 de septiembre en Do Dragao, cuando el Oporto de Julen Lopetegui reciba al Chelsea. Dicho de otra manera: Iker Casillas, el fichaje estrella del club luso para esta temporada, se las verá con José Mourinho, el hombre que se atrevió a sentar en el banquillo -por primera vez en diciembre de 2012 en La Rosaleda- al otrora santo y seña del madridismo.
Y es que, después de tres temporadas de convivencia en el Madrid (2010-2013), la relación entre Mou e Iker se deterioró hasta el punto de que, en los últimos seis meses de Mourinho en Chamartín, Casillas pasó a ser suplente habitual.
Fue el punto de inflexión para un Iker Casillas que empezó a ser cuestionado por su propia afición y que acabó por marcharse del Real Madrid rumbo al Oporto.
La última vez que Mourinho dio la titularidad a Casillas fue el 23 de enero de 2013 en un Valencia-Real Madrid (1-1). Aquel partido, de vuelta de cuartos de final la Copa del Rey, estuvo marcado por la fortuita patada en la mano que Álvaro Arbeloa dio al entonces capitán madridista, que luego estuvo casi tres meses en el dique seco. Fue el escenario del inicio del particular vía crucis de Casillas.
Aquella desgraciada lesión propició el fichaje de Diego López y fue la excusa de Mourinho para no volver a alinear nunca más a Casillas.
Casi tres años después, ambos volverán a verse las caras, esta vez frente a frente. Lo harán por primera vez el 29 de septiembre en Do Dragao y, luego, el 9 de diciembre en Stamford Bridge, en el cierre de la fase de grupos.
El morbo está servido...