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El Atlético de Madrid espera una multa de la UEFA que considera injusta

La Policía reconoce que las bengalas eran muy pequeñas y se podían esconder en cualquier parte del cuerpo.

La Policía reconoce que las bengalas eran muy pequeñas y se podían esconder en cualquier parte del cuerpo.
Estadio Vicente Calderón. | LD

Hay malestar en la afición del Atlético de Madrid y también dentro del club rojiblanco por lo sucedido en el partido de Champions ante el Benfica. El lanzamiento de bengalas por parte de algunos radicales del conjunto luso hacia zonas donde estaban situados aficionados rojiblancos ha dado la vuelta al mundo y en el Calderón no quieren que se califique a su estadio como un lugar peligroso para ver el fútbol.

El Atlético entiende que podría haber una sanción económica según recoge el artículo 16 del Código Disciplinario de la UEFA. Como equipo local y responsable de las instalaciones se habla de recibir una sanción que gira en torno a los 40.000 euros aunque no esperan un cierre del Calderón, todo lo contrario que en Portugal, donde temen algo parecido en Da Luz.

Tres controles previos

Pese a las acusaciones que giran en torno a la responsabilidad rojiblanca en todo el asunto de las bengalas, el Atlético se defiende. Hubo tres controles. El primero a 200 metros del estadio, justo al lado de las puertas de acceso que tenían asignadas los aficionados del Benfica. La Policía no dejó pasar a ningún aficionado hasta que fue filtrando a los mismos poco a poco.

El segundo control también fue realizado por la propia Policía Nacional. Se cacheó uno a uno a todos los seguidores con especial atención a cualquier elemento, mochilas, gorras o cazadoras, en el que se pudieran esconder objetos peligrosos. Fuentes policiales, apoyadas por compañeros portugueses desplazados para la ocasión, hablan incluso de desnudos parciales de cintura para arriba para un mejor análisis.

Tras superar los dos controles policiales, un tercer cacheo se producía una vez traspasados los tornos de acceso al estadio Vicente Calderón. Ese último paso sí fue controlado por la seguridad privada contratada por el Atlético. Nuevamente se cacheó uno a uno a los aficionados visitantes.

A estos hechos hay que añadir que a falta de sólo quince minutos para que comenzase el partido aún había seguidores portugueses en la entrada del estadio cuando la mayoría ya estaba en los alrededores del mismo a las 19:00 horas siendo embolsados por los miembros de seguridad del Estado.

Imagen tomado por LD a las 20:28 horas.

Los aficionados rojiblancos se quejan de la actitud de la Policía por esa lentitud a la hora de introducir en el campo a la hinchada rival y también por no actuar dentro del recinto en el momento de los incidentes.

Quejas de los abonados atléticos

Libertad Digital se ha puesto en contacto con aficionados rojiblancos situados en el primer anfiteatro del fondo norte del Calderón, lugar anexo a donde estaban los seguidores lisboetas, y todos comentan que el número de efectivos policiales no superaban las 20 personas y que incluso ante las quejas de los colchoneros por recibir botellazos, la Policía llegó a amenazarles con la expulsión del estadio. Los mismos confirman que el club colocó una red en la zona visitante que no es habitual en otro tipo de encuentros para aumentar aún más la seguridad.

Fuentes policiales también han querido evidenciar las dificultades que se presentan en este tipo de eventos a la hora de incautar bengalas que, en la mayoría de las ocasiones, son muy finas y no superan los 6 centímetros de tamaño. Algunas sí fueron interceptadas antes de entrar al estadio.

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