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El Real Madrid quiso y pudo pero no olvida sus males frente al Shakhtar Donetsk (3-4)

Goleaban por 0 a 4. Se estaban divirtiendo después de mucho tiempo, pero un penalti absurdo de Casemiro rescató las dudas que arrastraba el equipo.

Goleaban por 0 a 4. Se estaban divirtiendo después de mucho tiempo, pero un penalti absurdo de Casemiro rescató las dudas que arrastraba el equipo.
Bale junto a Ronaldo | EFE

El Real Madrid es como uno de esos grandes platos que realizan los mejores chefs del planeta: buen producto, mejor sabor y tradición a raudales. El problema viene cuando el jefe de cocina del conjunto blanco termina haciendo una tortilla con los mejores huevos trufados del planeta fútbol. Te la comes, sabe bien, pero la cocina sigue repleta de grandes ingredientes. En la noche en la que se entregaban las prestigiosas estrellas Michelin, la cocina del Madrid demostró que en este momento peligran las suyas.

Tras la humillación ante el Barcelona, el Real Madrid tiene la obligación de ir ganándose poco a poco otra vez la confianza de sus aficionados. Iban camino de ello. Hasta el último cuarto hora del encuentro, los madridistas suspiraban y alguno hasta soñaba con que el clásico hubiera sido un punto de inflexión en la plantilla. Iban ganando 0 a 4 en Champions League. Algo bastante complicado, pero faltaba por aparecer el denominador común esta temporada en casi todos los partidos: la pájara de la segunda parte se concentró en quince minutos desastrosos en los que el Shakhtar marcó tres goles. Una demostración de que este Real Madrid está débil. Es el enfermo que trata de levantarse de la cama tras muchas semanas con fiebre. El cambio, si se produce, no iba a ser radical. Será progresivo y aunque es imposible predecir el futuro, parece que la plantilla no quiere hacer la cama a Benítez todavía.

Ronaldo, dos goles y dos asistencias

Fue el propio entrenador quien decidió que había que pasar página. Y qué mejor manera de hacerlo que con una revolución en el once titular. Keylor Navas, Kroos, James y Benzema, cuatro titularísimos como diría Ancelotti, se quedaron en el banquillo. Benítez apostó por un 4-4-2 con Bale y Ronaldo arriba. Un sistema que podría ser lo habitual en próximos partidos. ¿Por qué? Porque es el esquema que más ha utilizado Benítez en su trayectoria, porque es el que ha empleado en más ocasiones en los 14 partidos sin perder y sobre todo, y aquí está la clave, porque es el sistema que más equilibrio da a un equipo que tiende a partirse. Esa división que se vio en el clásico tiene que haberle dado auténticas pesadillas y si ninguno de la BBC puede garantizarle defender y presionar durante 90 minutos, no te queda otro remedio. En esta línea ha podido perder fuerza Kroos. Nadie sabe qué le pasa al alemán y hasta que alguien del Real Madrid lo explique, lo más sensato sigue siendo apostar por Casemiro o incluso Kovacic. Que haya jugado 9 minutos tras su lesión es otro misterio. Y hasta saber la solución, lo que podemos decir es que Modric se sintió más cómodo con su compatriota que con Kroos.

No fue casualidad que a los pocos segundos del partido, Ronaldo tuviera ya una ocasión clara para adelantar al Real Madrid. No fue casualidad que toda la plantilla se abrazara en el minuto 17 tras el gol del portugués. El grupo está dolido por lo ocurrido y aunque no tienen muy claro -o no les gusta- la ruta de Benítez, si tienen orgullo y sobre todo, una imagen que no puede desprestigiarse más. Ese es otro argumento para la esperanza. El orgullo sumado a la calidad de los jugadores. ¿Suficiente para ganar a los mejores clubes como el Barcelona? Para ganar a equipos del nivel del Shakhtar o del Eibar de este próximo fin de semana sí.

Casemiro recordó las dudas del pasado

Es imposible que no lo hagan por mucho que no estén con el entrenador. Sólo hay que ver la calidad de los goles del Real Madrid. El 0 a 1 llegó tras dos paredes al primer toque entre Isco y Modric, un pase al hueco sobre Bale y la pillería de Ronaldo para rematar de cabeza sobre la línea de gol. Si el tanto de Leo Messi se ha repetido tanto por la excelencia de la jugada, esta no es mucho menos.

Demostrada la técnica de los futbolistas, faltaba por enseñar los dientes con el mejor arma de la BC -faltaba Benzema-, la velocidad. El contraataque. Un pase superlativo de Casemiro para la carrera de Ronaldo que aguantó, regateó y vio perfectamente la entrada de Modric al área para marcar el segundo tanto justo a la vuelta del descanso. El Madrid se estaba gustando. Estaba disfrutando en un terreno de juego después de mucho tiempo. El tercero llegó a los dos minutos. Una obra de arte. Quizá el mejor gol que ha marcado Dani Carvajal en su carrera. Una vaselina al portero con la zurda con muy poco ángulo. Incluso pareció en primera instancia que era un centro que le salió mal. Error. Era un golazo con toda la intención. Benítez seguía tomando notas. No se hacían memes ahora porque su equipo goleaba y daba miedo. Hasta en el 0 a 4, Bale parecía el del Tottenham con una cabalgada asombrosa. Nadie le paró por la izquierda y Ronaldo remató la jugada. Cristiano sonreía, Bale también. Benítez respiraba. El banquillo aplaudía. Era el momento que todos deseaban. Poder olvidar el clásico con un partido completo.

Lo malo es que quedaban 15 minutos y un error absurdo de Casemiro abrió la caja donde estaban todas las dudas. Creyeron habérsela dejado en Madrid pero el brasileño la metió en su maleta y contagió a todo el equipo. Penalti, gol del Shakhtar y del 1 a 4 que parecía una anécdota, al 3 a 4 tras un córner mal defendido y una gran jugada que definió Teixeira con un doblete. Si hubo más abrazos y sonrisas en el Real Madrid, tuvieron que producirse en el vestuario porque el pitido final sólo trajo aliento y alivio. Dura 5 minutos más el partido y quizá no vuelven con los tres puntos.

¿Faltó actitud? Los jugadores dirán que no pero uno de ellos, Dani Carvajal dijo que "desconectaron" con el 0 a 4. Por cierto, Bale mucho mejor por la izquierda. Y aviso a navegantes, que sin muchos de los teóricos titulares, el Real Madrid iba goleando y gustándose. Si Benítez no consigue poner en práctica eso de "quien no apriete, no juega", estará más cerca de lo que desean sus detractores.

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