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El espeluznante relato en directo de la batalla campal de Marsella

Un hooligan ruso grabó la pelea con una Go Pro dejando buena muestra de la batalla campal que se vivió en Marsella.

En Moscú, Vladimir es responsable de relaciones públicas de una empresa, tiene esposa y dos hijos. En Marsella, el sábado fue uno de los hooligans rusos que participó de los enfrentamientos en el Vieux-Port contra hinchas ingleses "por deporte". "Los ingleses siempre dicen que son los únicos hooligans. Vinimos a demostrar que los ingleses son unas niñas", lanzó con tono provocador Vladimir, contactado por teléfono tras su regreso a Rusia.

Sin querer dar su apellido para no ser reconocido, este hincha de 30 años hizo el ida y vuelta entre Moscú y Marsella en menos de 48 horas, para asistir al encuentro del grupo B entre Rusia e Inglaterra (1-1), que tuvo un marco dantesco con varios incidentes violentos antes y después del choque, provocando decenas de heridos y detenidos. "Vi las principales peleas y he participado en cierta medida de ellas. He peleado contra tipos tatuados de entre 40 y 50 años", explica.

"Todos vinimos para esto. El día del partido, todos los rusos tomaron el avión (para llegar a Francia), había unos 150 muchachos, más bien grandotes", sostiene, estimando que en las calles marsellesas había entre 500 y 600 hooligans rusos. Vladimir es hincha del Lokomotiv de Moscú. Pero cuando la selección juega, el club del corazón de los radicales no tiene importancia. "¡Lo importante es que todos venimos de Rusia, que luchamos contra los ingleses!", resume.

Al principio, los hooligans rusos no dudaron en aliarse con sus enemigos ingleses para "atacar a los árabes por venganza", dice Vladimir sin precisar el motivo de esa actitud. "No diría que es racismo, pero es verdad que resulta más fácil para los rusos e ingleses atacar a los árabes juntos, es una especie de solidaridad", declaró. El hincha violento ruso promedió muchas veces trata el tema sin complejos: en el 2014, ultras del Spartak Moscú han lanzado gritos de mono hacia el brasileño Hulk, estrella del Zenit San Petersburgo, y a los jugadores negros les han arrojado plátanos.

Enfrentada a los comportamientos violentos de sus hinchas en sus propios estadios, Rusia ha promulgado en el 2012 una ley para reforzar las sanciones contra los provocadores y conflictivos, que pueden sufrir penas de hasta siete años de prisión. Sin embargo, la solidaridad de los violentos se acabó enseguida el sábado en Marsella, cuando los rusos comenzaron a "golpear a los ingleses" después de intentar robarles sus equipamientos.

Para Vladimir, únicamente los hooligans rusos pelean "con honor". "Jamás usamos armas improvisadas, sólo nuestros puños", mientras que los ingleses agarran "sillas y botellas" para defenderse. "Hacemos esto por deporte (...) perder contra ellos significa perder nuestro honor", añade. Este hombre cumple con el perfil perfecto del típico ultra ruso: "Entre 20 y 30 años, físico deportivo, aficionado al boxeo y a todo tipo de artes marciales". "Si alguna vez ven a uno vestido con la camiseta rusa o con una camiseta con los colores de la selección, ese no es una hooligan, pues nosotros nos tenemos que mezclar con la multitud" para no ser identificados.

Pese a que la UEFA, y luego la misma Federación rusa, conminó a que no siguiesen con ese comportamiento para no tener que descalificar a esa selección del torneo, Vladimir está convencido de que los ultras rusos no van a cambiar sus costumbres. "Eso no va a tener ningún tipo de influencia en las actitudes de los hinchas", juzga. "Nada los va a detener", zanjó. Vladimir adelantó que volverá a Francia, si su equipo alcanza la final del 10 de julio en el Stade de France. Si no, espera recibir en casa a sus enemigos, en el Mundial del 2018.

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