Bendita tecnología. Bien está todo lo que suponga un avance. En este caso, un videoarbitraje (VAR) que ha llegado para quedarse. Había dudas sobre este sistema antes del partido que las selecciones de Francia y España disputaron esta noche en París, sobre todo teniendo en cuenta los chapuceros antecedentes vividos en el pasado Mundial de Clubes en Japón, con el Real Madrid metido de lleno en el ajo. Pero el VAR funcionó esta vez en Saint Denis.
Con la ayuda del VAR, el colegiado alemán Felix Zwayer anuló un gol por fuera de juego a Antoine Griezmann y acabó concediendo otro a Gerard Deulofeu —un auténtico golazo, por cierto—, pese a que en primera instancia lo había anulado el asistente. Todo correcto. La pregunta entonces es bien sencilla: ¿por qué negarse a la tecnología si ayuda a la difícil tarea de los árbitros y favorece el espectáculo? He ahí la madre del cordero.
El VAR, pero también Deulofeu. El jugador del Milan se encargó de revolucionar el partido con su entrada al campo. Cuando sólo llevaba un minuto, provocó un riguroso penalti de Koscielny que David Silva se encargó de transformar. Ocho minutos después, el gerundense remató a la red una espectacular jugada, marcando así su primer gol en su segunda aparición con la selección absoluta.
Iba a ser la noche de Kylian Mbappé, la nueva perla del fútbol europeo que exhibió descaro en su primer partido como titular con la selección absoluta, pero acabaría siendo la de Deulofeu. Cierto es que el delantero del Mónaco llevó peligro sobre el área rival y tuvo una clarísima ocasión al comienzo, bien desbaratada por De Gea con una gran parada, pero no lo es menos que acabaría yendo de más a menos en Saint Denis. Y, como él, el resto de sus compañeros. Además, el jovencísimo delantero del Mónaco —18 años—, que suena como posible fichaje del Real Madrid para la próxima temporada, también dejó una anécdota en el descanso del partido al pedirle la camiseta a Gerard Piqué.
El de Mbappé fue el primer aviso de la noche en un Stade de France que se llenó para la ocasión. Pero España, que saltó al campo con las novedades de Isco, Pedro, Koke y Morata, no tardó en reaccionar. El combinado de Julen Lopetegui se hizo rápidamente con la posesión del esférico —llegó a tener hasta un 70 por ciento— y pasó a encerrar a una Francia que, tratando de aprovechar la velocidad de su tridente ofensivo —Griezmann, Gameiro y Mbappé—, más alguna que otra incursión por la banda del lateral izquierdo Kurzawa, aguardaba su oportunidad a la contra.
España controlaba la situación, pero le faltaba una chispa en ataque. Hasta que apareció Iniesta. El de Fuentealbilla pudo abrir el marcador al cuarto de hora tras una internada en el área, pero disparó fuera. Más clara aún fue la ocasión que el propio crack manchego tuvo un cuarto de hora después, cuando, prácticamente solo ante Lloris, trató de sorprender con un remate con el exterior que acabaría atajando el portero del Tottenham.
A Francia le costó replicar y lo hizo en una de las última acciones de la primera mitad, cuando un centro de Griezmann desde la derecha no llegó a rematado por poco por Mbappé. Demasiadas expectativas puestas en un chaval de 18 años y al que el Mónaco ha tasado en la friolera de 120 millones de euros. Por pedir que no quede...
La segunda parte empezó con otra pinta. Deschamps adelantó a Griezmann, y el delantero del Atlético batió a De Gea a los 47 minutos con un remate de cabeza, tras prolongación de Kurzawa en el segundo palo. El colegiado concedió el gol en un primer momento, pero lo acabaría invalidando tras ser alertado por el videoarbitraje. Por unos segundos había aparecido el 1-0 en el luminoso del Stade de France, pero se acabaría haciendo justicia. A partir de ahí, el carrusel de cambios, primero con la entrada de Silva y Thiago al campo.
Tras un nuevo aviso a cargo de Mbappé, España recobró el aliento y volvió a dominar el partido. Especialmente con la aparición de Deulofeu. El catalán, que sustituyó a Pedro, revolucionó el partido cuando llevaba menos de un minuto en el terreno de juego. El jugador del Milan provocó un penalti de Koscielny y David Silva se encargó de transformar desde los once metros para marcar su gol número 30 con la selección absoluta.
Jarro de agua fría para Francia. Y el mazazo fue más grande aún cuando, a un cuarto de hora del final, remató una espectacular jugada de España: ruleta marsellesa de Busquets, con taconazo para Jordi Alba incluido. Éste se asocia con David Silva, que se la devuelve de primeras y el lateral azulgrana pone un medido centro hacia el segundo palo, donde aparece Deulofeu para batir a Lloris. Un golazo impresionante que fue anulado inicialmente por el juez de línea, aunque el colegiado principal acabaría dándole validez gracias al videoarbitraje. En España somos muy de bar. De bar... y de VAR, que diría alguno.
Con poco más de diez minutos por delante, Francia se quedó descompuesta y sin margen para la reacción, viendo cómo España volvía a superar a los actuales subcampeones de Europa en Saint Denis. Hay un dato que canta por sí solo: los bleus sólo han ganado uno de los últimos siete partidos a España, el amistoso de 2014. En 35 duelos entre ambas selecciones, el conjunto que actualmente dirige Lopetegui cuenta con 16 victorias y siete empates.
Ficha técnica
Francia, 0: Lloris; Jallet, Koscielny, Umtiti, Kurzawa; Tolisso (Lemar, m.80), Kanté, Rabiot (Bakayoko, m.46); Mbappé (Giroud, m.65), Gameiro (Dembelé, m.80) y Griezmann
España, 2: De Gea; Carvajal, Sergio Ramos, Piqué, Jordi Alba (Nacho, m.86); Busquets, Koke (Ander Herrera, m.75), Isco (Silva, m.53), Iniesta (Thiago Alcántara, m.53); Pedro (Deulofeu, m.67) y Morata (Iago Aspas, m.84)
Goles: 0-1, m.68: Silva, de penalti; 0-2, m.76: Deulofeu
Árbitro: Felix Zwayer (Alemania). Mostró tarjeta amarilla a los franceses Rabiot y Jallet
Incidencias: Partido amistoso disputado en el Stade de France en Saint Denis (París) ante unos 80.000 espectadores. Lleno. Se homenajeó a los recientemente fallecidos Jean Verbeke, expresidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), y Raymond Kopa