La marcha de Neymar al Paris Saint-Germain vuelve a poner en el punto de mira uno de los mayores quebraderos de cabeza del fútbol español: las cláusulas de rescisión. Antes del brasileño, otros jugadores se desvincularon de sus clubes a través de una práctica que en el caso de no hacerse bien puede acarrear muchos problemas.
El pionero en este método fue Miguel Ángel Ferrer, Mista. En 1998 el futbolista del Real Madrid B se acogió al famoso Decreto 1006 y rescindió de forma unilateral su contrato con el club blanco para fichar por el Tenerife. El jugador utilizó este método al entender que los 750 millones de peseta que tenía de cláusula no se correspondían con los 4 millones de pesetas que cobraba de ficha.
Otro de los casos que más revuelo causó fue el de Ronaldo Nazario de Lima. Gracias al fichaje del brasileño por el Real Madrid, procedente del Inter de Milán, el mundo del fútbol pudo entender que la cláusula de rescisión abonada por el club blanco no estaba sujeta al IVA, sino que se encuentra sujeta al IRPF. El problema reside aquí cuando es el club quién paga la cláusula y no el jugador. En este momento el club de destino del jugador aplica el artículo 17.2 del Reglamento sobre el Estatuto y Transferencia de Jugadores de la FIFA. Con este movimiento el club se ahorra pagar el 43% de la cláusula en modo de IRPF.
Uno de los equipos que utilizó este artículo fue el Bayern de Múnich en el caso Javi Martínez. El Athletic Club de Bilbao no quiso negociar con el conjunto bávaro que ingresó en la sede de la Liga el importe exacto de la cláusula de rescisión del mediocentro español. Al no intervenir el jugador la entidad alemana evitó el abono del 43% del importe de la cláusula de rescisión en concepto de retención por IRPF.
El caso Luis Figo, parecido al de Javi Martínez, se cerró gracias a un préstamo personal a favor del jugador comprensivo al importe de la cláusula de rescisión. El Real Madrid pagó íntegramente la cláusula del jugador del Barcelona que acabó vistiendo la elástica madridista.
El club blanco unos años más tarde volvió a repetir la misma operación, y tras la negativa del Sevilla para negociar por Sergio Ramos, el Real Madrid decidió abonar estrictamente la cláusula de rescisión del camero y convertirlo en nuevo jugador del conjunto madrileño.
El último caso ha sido el de Vitolo. El jugador del Sevilla ingresó en la sede de la Liga los 37 millones de euros de cláusula para quedar como jugador libre y poder fichar por el Atlético de Madrid. El dinero llegó en manos de Patricio Viñayo, director general de las Palmas, club al que el jugador irá cedido hasta enero por la sanción FIFA que impide al club colchonero inscribir jugadores.
Otros casos son el de Dani Ceballos, Theo Hernández, Asier Illarramendi o Thiago Alcántara. En los dos primeros, el Real Madrid llegó a un acuerdo tanto con el Betis como con el Atléti para abonar más dinero que el correspondiente a la cláusula de rescisión, mientras que en el tercero el Madrid cerró el traspaso del mediocentro de la Real Sociedad con el pago íntegro de la cláusula. Por su parte el Bayern de Múnich hizo lo mismo con el Barcelona y lograron firmar al mediocentro español ingresando los 25 millones de su cláusula.