El futbolista francés de ascendencia tunecina, Hatem Ben Arfa, llegó libre al PSG en el verano de 2016 procedente del Niza. El extremo, del que se esperaban muchas cosas, no ha aportado mucho a la entidad parisina, e incluso actualmente se encuentra entrenando con el filial del equipo.
Ben Arfa participó la pasada temporada en 33 partidos con Unai Emery (23 de ellos en Liga), pero apenas disputó más de diez partidos como titular en el once del técnico español. En esta temporada el club no lo ha inscrito en la Champions League, lo que ha terminado con su paciencia. Esta situación, según ha informado L'Equipe, ha llevado a los abogados del futbolista a denunciar al club por acoso laboral ante la Liga de Fútbol Francesa (LFP).
Ben Arfa tiene 30 años, una ficha de 7 millones de euros y un contrato hasta junio de 2018. Esta elevada ficha junto a su edad hacen que el futbolista francés prefiera continuar en el equipo cumpliendo con lo firmado, que jugando en otro club en el que perciba menos salario.
Jean-Jacques Bertrand, defensor del futbolista, afirmó en el diario francés que el club parisino está impidiendo al futbolista finalizar su contrato, obligando a su cliente a abandonar el club: "Están utilizando contra él métodos de psicología. Esta situación empezó en julio, cuando se le avisó de que no iría a la gira por Estados Unidos sólo un día antes de viajar. Además, sus entrenamientos con el filial, que deberían ser puntuales, se han convertido en el día a día del futbolista. Es una falta de respeto".
Esta situación no es nueva en las oficinas del PSG, ya que en 2001 pasó algo parecido con Luyindula, que fue apartado del filial por su entrenador. El futbolista denunció y tuvo que ser readmitido,aunque no jugó ni un minuto en toda la temporada.