Duro varapalo para el Málaga. El equipo de la Costa del Sol, que marcha colista de LaLiga Santander con un solo punto tras nueve jornadas, traslada sus penurias a la Copa del Rey, competición que ha arrancado perdiendo en el estadio de Los Pajaritos de Soria ante el Numancia (2-1).
Una derrota amarga, pues los andaluces fueron por delante en el marcador durante 70 minutos, merced al tanto de Recio en el 20', aunque los castellano-leoneses le dieron la vuelta al marcador con los goles de Nacho (m.93) y Alberto Escasi (m.94) en el descuento.
El entrenador del Málaga, Míchel, comparecía en sala de prensa visiblemente molesto y criticando duramente a sus jugadores, a los que acusa de no saber estar a la altura. "Son situaciones que debemos resolver por nosotros mismos. No era un partido bueno, era disputado con mucha presión en el centro del campo, pero son situaciones que se resuelven con el conocimiento de esta situación. No sé si es falta de actitud, o tensión, o les falta calidad, o están vestidos como jugadores de Primera y no lo son, debemos exigir mucho más", declaraba el entrenador.
"Es increíble, no podemos poner ni un paño caliente, no podemos regalar esos diez minutos más allá de que éramos incapaces de dar tres pases más allá de la línea de medio campo. No hemos resuelto bien situaciones cómodas. Hemos permitido que en dos jugadas a balón parado hagan dos goles. Tenemos ganas de complicarnos la vida y mucho", añadió Michel en rueda de prensa.
Míchel dice que no pone justificación a su trabajo y ha reconocido que está enfadado por la derrota. En este sentido, ha apuntado que su futuro no tiene importancia porque él siempre mira adelante. "No voy a estar desilusionado nunca, enfadado sí porque hay cosas que se le escapan al entrenador. Cuando uno se viste de futbolista debe entender que significa eso", apuntó.