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¿De qué equipo de fútbol eran los peores dictadores de la historia?

Por un motivo o por otro, los diferentes dictadores del Siglo XX han mostrado públicamente su apoyo a algún equipo de fútbol.

Por un motivo o por otro, los diferentes dictadores del Siglo XX han mostrado públicamente su apoyo a algún equipo de fútbol.
Stalin, Pinochet, Hitler o Bin Laden, algunos de los dictadores que mostraron interés por el fútbol. | Wikipedia

Si algo tiene el fútbol que lo hace universal es que todos pueden practicarlo y seguirlo. Independientemente de su origen, clase social, ideología o situación. Personas de toda índole social se pueden encontrar a la vez frente a un televisor animando al mismo equipo en cualquier rincón del mundo.

También, por supuesto, los peores dictadores que nos ha dejado la historia reciente. Aquí tienen algunos ejemplos de ello, basándonos en un estudio publicado hace algún tiempo por The Times.

Adolf Hitler - Schalke 04

El dictador alemán, según el referido The Times, era del Schalke 04. Por un motivo muy simple: el equipo de Gelsenkirchen ganó seis títulos nacionales entre 1934 y 1942, y Hitler veía en el Schalke un conjunto ganador. Era fácil para el Führer simpatizar con el club más ganador de Alemania, aunque el propio Schalke 04 ha negado siempre haberle tenido entre sus seguidores.

Augusto Pinochet - Colo Colo

Desde que llegara al poder, el dictador chileno utilizó el fútbol como una de sus principales armas propagandísticas. Podría decirse que fueron varios los equipos que cayeron en sus garras. Es más, fueron los propios clubes quienes se interesaron en congraciarse con los militares. Pero si hubo un club por el que Pinochet tuvo especial simpatía, ese fue Colo Colo. De hecho, fue socio del conjunto de Santiago, y fue su presidente honorario hasta 2015.

Alfredo Stroessner - Club Libertad

La pasión de Alfredo Stroessner, quien ejerció una severa dictadura en Paraguay desde 1954 a 1989, por el fútbol fue real. Y su afición por el Club Libertad fue conocida en toda Paraguay, a pesar de la paradoja por el nombre del equipo. Durante su dictadura el equipo fue campeón nacional en dos ocasiones.

Benito Mussolini – Bolonia

En los años 30 el Bolonia era uno de los equipos más fuertes de Italia. De hecho, ganó la liga en seis ocasiones entre 1924 y 1941. Pese a que Mussolini, nacido a apenas 80 km de Bolonia, no fue un apasionado del fútbol (prefería el boxeo o el automovilismo), no le fue complicado tener simpatía hacia un equipo "que hacía temer al mundo". Era una consecuencia normal de su mentalidad e ideología.

Iosif Stalin - Dinamo de Moscú

En la Unión Soviética era habitual que los equipos fueran controlados por autoridades estatales. Así, encontramos al CSKA, controlado por el Ejército Rojo; el Lokomotiv de Moscú, relacionado con los trabajadores de la industria ferroviaria; el Torpedo, con la fábrica de automóviles más importante del país; o el Dinamo de Moscú, controlado por la policía soviética y por personajes de dudosa moral como Lavrenti Beria, al mando de numerosos arrestos y ejecuciones masivas llevadas a cabo durante la Gran Purga. Stalin nunca escondió su pasión por el Dinamo.

Kim Jong-un - Manchester United

El joven dictador norcoreano, actualmente considerado una de las personas más peligrosas del mundo, se ha manifestado siempre como seguidor del Manchester United y, especialmente, de una de sus grandes estrellas de las últimas décadas, Wayne Rooney. Esperemos no se haya tomado mal su traspaso el verano pasado al Everton.

Muamar el Gadafi – Liverpool

El dictador libio, fallecido el 20 de octubre de 2011, fue seguidor del Liverpool. Así parece afirmarlo al menos una taza del conjunto inglés encontrada en su despacho el día de la caída oficial del régimen.

El apellido es de sobra conocido también en el mundo del fútbol italiano. Su hijo Saadi fue contratado por el Perugia en la campaña 2003-04, y tras debutar ante la Juventus dio positivo en un control antidoping, lo que le supuso una inhabilitación por tres meses. Dos años más tarde pasó al Udinese, donde sólo jugó un partido, y terminó su carrera en el calcio en la Sampdoria.

Osama Bin Laden – Arsenal

Los servicios secretos revelaron tras su muerte haber seguido a Osama Bin Laden desde que, a comienzos de los 90, los hombres de la inteligencia americana lo catalogaran como un fundamentalista islámico potencialmente peligroso. Y entre todas sus costumbres que fueron reveladas se encontraba la de acudir de vez en cuando al viejo Highbury a ver partidos de su Arsenal.

Radovan Karadzic – Inter

El expresidente serbio, acusado de crímenes contra la humanidad y genocidio, fue según la prensa italiana un fiel seguidor del Inter de Milán. De hecho, viajó varias veces a Italia utilizando el nombre de 'Petar Glumac' para acudir a San Siro, y durante su periodo de detención preguntaba frecuentemente los resultados del equipo lombardo. Quizá tenga algo que ver que entonces jugaban en el Inter dos de los futbolistas serbios más importantes: Sinisa Mihajlovic y Dejan Stankovic.

Robert Mugabe – Chelsea

El hasta hace apenas un mes presidente de Zimbabwe, acusado de haber instaurado un régimen dictatorial en su país, es un reconocido seguidor del Chelsea. Incluso hombres de su confianza han asegurado que la temporada pasada, tras proclamarse el conjunto de Antonio Conte campeón de la Premier League, Mugabe organizó una fiesta para celebrar la victoria.

Por último, dos de los dictadores más reconocidos de América en las últimas décadas, el cubano Fidel Castro y Hugo Chávez, pese a que nunca rechazaron el fútbol, siempre mostraron más predilección por el béisbol. En el caso del cubano, fue seguidor de Industriales, mientras que en el caso del venezolano lo fue del Navegante de Magallanes, de Carabobo. Aunque curiosamente Fidel Castro jugó al fútbol en su juventud en el equipo de la Escuela de Belén… en la posición de extremo derecho.

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