Román Abramóvich está empeñado en dejar un legado inigualable en su Chelsea. El magnate ruso quiere construir un nuevo estadio. Pero no uno cualquiera. Abramóvich quiere hacer del nuevo Stamford Bridge el mejor estadio del mundo.
El coste del estadio será de más de 1.000 millones de euros. Las obras estaba previsto que se comenzaran este mismo año. Sin embargo, cuando todo parecía encauzado para comenzar la construcción del nuevo templo Blue –el alcalde de Londres, Sadiq Khan, ya ha dado luz verde al proyecto– al presidente del Chelsea le ha salido un inesperado enemigo. La familia Crosthwaites.
Según avanza la BBC, una de las torres de luz proyectaría una alargada sombra durante prácticamente todo el día sobre una de las casas colindantes. La familia Crosthwaites ha interpuesto una demanda al ayuntamiento quejándose sobre esta situación, ya que les dejaría sin luz solar prácticamente durante toda la jornada. Abramóvich anda mosqueado porque, si prospera, podría entorpecerlo todo. "La luz solar se vería severamente afectada", ha asegurada la hija de la familia, Rose, quien añade que "el barrio se verá adulterado de forma inaceptable".
El Chelsea, que afirmó en la presentación del proyecto que la construcción del nuevo Stamford Bridge –se levantará en la misma ubicación que el actual–, contaba con el apoyo del 97% del vecindario, ha intentado, sin éxito, que la familia Crosthwaites retire la demanda ofreciendo una compensación económica.
¿Se imaginan que el estadio más caro del mundo no llega a construirse por la oposición de una humilde familia? Abramóvich vs Crosthwaites, David contra Goliat. ¿Quién ganará? De momento los Crosthwaites ya han conseguido generarle un quebradero de cabeza al multimillonario ruso.