El español Jordi Gómez, del Wigan, puede dar fe de la brutalidad del hasta ahora desconocido Karl Henry. A los once minutos del partido que los latics estaban disputando el pasado sábado frente al Wolverhampton en el DW Stadium de Wigan, correspondiente a la séptima jornada de la Premier League, el violento jugador se llevó a Gómez por delante con una durísima entrada.
A diferencia de Nigel de Jong, centrocampista holandés del Manchester City que suele salir impune de sus entradas violentas, el defensa de los wolves sí tuvo castigo al ver la roja directa. "Es la peor entrada que he visto en mi vida", afirmaba el técnico del Wigan, Roberto Martínez, al final del partido que su equipo ganó por 2-0.
Pero no sólo Jordi Gómez es víctima de las violentas acciones de Karl Henry. Hace casi un mes, durante la disputa del Fulham-Wolverhampton, el delantero local Bobby Zamora sufrió la rotura del peroné de su pierna derecha tras una brutal entrada del central inglés.
Lo peor de todo es que Henry no se arrepiente un ápice de su violenta conducta en el césped –cabe esperar que "sólo" sea dentro de él–. "No voy a cambiar mi manera de jugar. Esto es un deporte de contacto, y más en esta liga. No salgo al terreno de juego igual que si voy a pasear por el parque", se jacta Henry, que la pasada temporada dejó alguna que otra perla al burlarse de la plaga de lesiones que hubo en el Arsenal. "Caen al suelo como sacos de patatas", dijo por entonces.
De Jong, que pasará a la historia por su patada en el pecho a Xabi Alonso y por romperle la pierna a Ben Arfa, ya puede echarse a temblar porque le ha salido un durísimo competidor.