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El Osasuna aprovecha los regalos del Valladolid

Los pucelanos cometieron demasiados errores defensivos de los que sacaron tajada los navarros con tres tantos en la segunda mitad.

Los pucelanos cometieron demasiados errores defensivos de los que sacaron tajada los navarros con tres tantos en la segunda mitad.
Kike Sola es felicitado por uno de sus dos goles al Valladolid. | Cordon Press

El Atlético Osasuna ha doblegado este mediodía al Real Valladolid (1-3) después de haber dado la vuelta al 1-0 con que se llegó al descanso, al proponer una mayor intensidad que su rival y, por otra parte, aprovechar los regalos que le brindó un conjunto local demasiado errático.

El envite arrancó con un Osasuna presionando con muchos hombres la salida de balón blanquivioleta, asfixiándola con una defensa muy adelantada, casi a la altura del medio del campo. Riesgos que pudieron desembocar en contraataques tremendamente dañinos para sus intereses si el Valladolid, que recuperaba al estilete teutón Ebert, hubiese tenido más acierto en el último pase.

Poco a poco, el Real Valladolid se fue despegando del ahínco navarro y labrando triangulaciones más precisas en medio del campo. En una de estas, Balenziaga se encontró con una autopista en el costado izquierdo y puso un centro que Rubén, al intentar despejarlo en el primer palo, lo envió para su propia portería sin que Andrés pudiese reaccionar.

En la reanudación, Mendilibar introdujo a Oier y a Puñal, quienes sustituyeron a Arribas y a Damiá para buscar la reacción que halló a los cinco minutos del segundo tiempo. Un disparo de De las Cuevas desde el pico del área, raso y a las manos de Dani Hernández, no fue embolsado por el internacional por Venezuela, dejando el rechazo en la testa de Kike Sola, quien sólo tuvo que empujar el cuero al fondo de las mallas. Así, devolvió las tablas al marcador (1-1).

Osasuna mordía de nuevo e impedía cualquier conato ofensivo local. Llegaba con profusión a las inmediaciones de Dani Hernández, quien facilitó de nuevo la remontada navarra cuando estaba a punto de alcanzarse el primer cuarto de hora de la segunda mitad. El portero local no despejó bien un saque de esquina y el rechace lo volvió a colocar Silva en el centro del área, donde Kike Sola remató de cabeza de espaldas a portería.

Pero éste no fue el único regalo del Real Valladolid a Osasuna, pues diez minutos más tarde una cesión horizontal de Omar a su central, Rueda, la birló De las Cuevas para enfilar el uno para uno con Dani Hernández. No le tembló el pulso y anotó el 1-3 que dejaba el duelo prácticamente sentenciado.

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