Ayza Gámez acabó sacando de quicio a Cristiano Ronaldo y al Real Madrid, que empató en San Mamés en un partido en el que el portugués terminó expulsado por una controvertida decisión del colegiado valenciano.
Ayza permitió el juego duro sobre el luso y cayó en la trampa de Gurpegui, que provocó al portugués y fingió una agresión que envió a Cristiano a los vestuarios. Según refleja en el acta Ayza Gámez, CR7 fue expulsado en San Mamés por "golpear con la mano en la cara de un contrario, estando el juego detenido".
El árbitro explica en el acta que "en el minuto 75 el jugador (7) Dos Santos Aveiro, Cristiano Ronaldo, fue expulsado por el siguiente motivo: golpear con la mano en la cara de un contrario, estando el juego detenido".
Posible sanción de cuatro partidos
La actuación del colegiado no se queda ahí, y en el apartado de "otras incidencias", también señala que "tras haber sido expulsado, el dorsal 7 del Real Madrid CF, Cristiano Ronaldo Dos Santos Aveiro, y mientras se retiraba del terreno de juego, se golpeó varias veces con la palma de la mano en la cara, dirigiéndose al cuarto árbitro".
De esta manera, la sanción que a buen seguro le impondrá el miércoles Competición a Cristiano podría llegar hasta los tres o cuatro partidos de suspensión.
La clave está precisamente en ese encuentro de diferencia. Si la sanción es menor de cuatro partidos, Cristiano podrá disputar este miércoles el partido de ida de semifinales de la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu.
Si el castigo llega a los cuatro encuentros, el reglamento determina que debe cumplirlo en todas las competiciones y se perdería, por tanto, los dos partidos de Copa ante los rojiblancos y dos encuentros de Liga, el próximo sábado en el Bernabéu ante el Villarreal y el domingo 16 de febrero contra el Getafe en el Coliseum Alfonso Pérez.
El acta también refleja que la amonestación de Ander Iturraspe en la misma jugada fue por "encararse con un contrario, empujándole de forma temeraria, estando el juego detenido", algo que no consideró merecedor del mismo castigo.