El día que lucía el liderato en solitario, que tenía la oportunidad de seguir comandando la clasificación de la Liga, al Atlético le salió todo al revés. Se dejó los tres puntos ante un Almería que supo combatirle con sus mismas armas y terminó por aprovecharse de las primeras dudas de los rojiblancos esta temporada.
Los de Simeone se quedaron sin ideas ante un replegado Almería y nunca terminaron de encontrarse cómodos sobre el campo. Con la baja de Courtois, sustituido por Aranzubía, los colchoneros se encontraron con un rival que les otorgó el mando del choque, aplicó intensidad y les esperó para salir al contragolpe.
En este escenario, a los madrileños les costó asumir el mando del partido, llevar la iniciativa y generar ocasiones. La banda izquierda, con Juanfran en el lateral, acusó la sequía de no tener a Filipe y las ocasiones llegaron con cuentagotas. En todas ellas, sobresalió Diego. Asumió la dirección del equipo y comandó los mejores acercamientos en los primeros 45 minutos, que se resumieron en disparos lejanos que trataron de sorprender a Esteban, aunque el atasco se apoderó del Atlético en la primera mitad.
Lesión de Tiago
Todo parecía indicar que se repetiría el guión de otros choques en los que los visitantes aplicaron su gen competitivo para resolver la partida, a pesar de la escasez de ideas y la falta de profundidad. Sin embargo, todo cambió mediada la segunda parte. Una brutal entrada de Barbosa –que Texeira Vitienes fue incapaz de sancionar siquiera con una amarilla– retiró a Tiago del campo y terminó de distraer a los jugadores rojiblancos. Con la salida del portugués del campo, Simeone también decidió retirar a Diego y el partido dio un giro radical del que no se pudo recomponer su equipo, condenado por las decisiones del colegiado y la falta de reacción.
Sin Tiago y Diego, el Atlético perdió el control del choque que había logrado mantener hasta ese momento y el duelo se tornó más nervioso y descontrolado. Precisamente, esa era la oportunidad que llevaba esperando toda la noche el Almería. Primero, avisó con un robo y una gran cabalgada de Aleix Vidal que, después de recortar en el frontal del área, disparó sobre la meta de Aranzubía y el balón se estrelló en los dos postes para acabar fuera de la meta.
Era el preludio de lo que se le venía encima al Atlético, cuya noche terminó de torcerse y acabó en despróposito. En un córner sacado en corto, Verza adelantó a los andaluces con un centro envenenado que sorprendió a Aranzubía y, dos minutos después, el portero encontró el desenlace de una noche torcida. Recibió una cesión y, fruto de un mal control, perdió el balón ante Zongo. Cuando el delantero se disponía a marcar, el portero consiguió rehacerse y sacar el balón, pero el colegiado consideró que era penalti y decidió expulsarlo, en una decisión tan desacertada como su noche. Con todos los cambios realizados en el equipo, Gabi asumió las funciones de guardameta, aunque no pudo hacer nada en el penalti de Verza.
El Almería logró un triunfo vital para alejarse a cinco puntos del descenso y el Atlético, atascado desde el primer minuto, asumió que necesita competir al cien por cien para seguir luchando por el campeonato.