Pase esto como una opinión personal. Todo lo es en este resumen semanal que hago pero, por si quedaba alguna duda, lo que digo a continuación sería motivo de que Diego Pablo Simeone me dejara de hablar si me encuentro con él, o mandara a sus colaboradores que no hicieran caso de un tal Dani Blanco que va diciendo cosas por ahí. Allá va, el Atlético de Madrid tiene pinta de campeón. Toda la del mundo. Tiene todos los rasgos que caracterizan a un conjunto que sabe lo que hace, que gana donde debe ganar y que no falla cuando todos lo esperan. Está mucha gente esperando que este Atlético se derrumbe, no aguante, pero el equipo es líder a siete semanas de terminar el campeonato.
Ganar en Bilbao, como hizo el sábado el cuadro de Simeone, tiene varias lecturas. Una, remontó en una situación muy complicada. Con la presión del Barça en el cogote, con un gol en contra y con todo San Mamés gritando en pos de una victoria local. Pero el grupo madrileño se rearmó y ganó el partido. No mereció sufrir porque mereció ganar holgado, pero al final es cierto que sufrió demasiado. La segunda lectura es que ha ganado en la última cancha compleja que le quedaba (puede tener la suerte de que Mestalla, tal y como está el Valencia, no lo sea) y quitando, evidentemente, la última visita al Camp Nou. Pero en ese partido o llega campéon o llega con ventaja. Lo que no creo es que llegue sin opciones y si las tiene, siempre dependerá de sí mismo.
Son 76 puntos, y guiándonos en lo fiable de este Atlético, Villarreal, Getafe y Elche no deberían ser obstáculos para el equipo de Simeone. Mientras, Barça y Madrid se deben pegar, por ejemplo con Athletic y Real Sociedad en estas tres próximas jornadas. Pero fuera de los puntos, mandan las sensaciones y éstas, a siete jornadas del final, son muy buenas para los rojiblancos.
El Barça, de penalti
Tenía la presión el Atlético del Barcelona que había ganado en Cornellá en un partido muy apretado y que pudo ser para cualquiera. Ocasiones claras para ambos, y penalti claro por mano de Javi López. A mí me da la sensación viendo 59 veces la repetición que Neymar controla con el pecho el balón previo a la mano del lateral españolista, pero, claro, Clos Gómez no lo pudo ver ni una sola vez repetido. Tuvo que decidir en décimas de segundo y decidió penalti. Tan justo y lógico como si hubiera decidido que no era penalti. Son cosas del arbitraje.
Fuera de eso no dio la sensación el Barça de hacer un buen partido y ganó más por empuje final, que sí lo tuvo. Un empate hubiera sido también justo, pero es cierto que el equipo de Martino mereció en el tramo final el triunfo.
Injusta pitada a Cristiano
Y a última hora del sábado ganó el Madrid. Goleó y le hizo mucho daño al Rayo en un aseado partido blanco. Como escribió Sergio Valentín, la afición estuvo mal. Pitó a Diego López y Cristiano y el equipo parece que dedicó la goleada a esos jugadores. Como si hubiese molestado, que molestó, la pitada, tan injusta como fuera de lugar. Muy mal una afición acostumbrada a exigir, a estar bien, pero que tiene estas cosas a veces.
Sigue el Madrid dependiendo de dos equipos, que es el auténtico lastre ahora para el equipo de Ancelotti, pero lo visto el sábado da esperanzas a los blancos. Ahora que siempre se enchufan, ahora que llega la Champions y su tramo decisivo que tanto gusta al Madrid. También hay que decir que ni el jueves estaban hundidos del todo por lo de Sevilla ni ayer iba a empezar la resurrección blanca. Todo en su lugar.
En la jornada también destacaron las victorias del Celta ante el Sevilla, y del Valladolid ante el Almería. Y una impresionante del Getafe en Mestalla, tras cuatro meses sin saborear tres puntos en Liga. El otro día puse en Twitter que el equipo no ha mejorado nada con la llegada de Contra. Justo es reconocer que esta victoria es 90% del técnico por su motivación el viernes en rueda de prensa.
Una liga apasionante a la que le quedan siete capítulos. Vamos partido a partido, paso a paso, centrándonos en cada semana. A ver si parafraseando al Cholo me perdona el atrevimiento que he tenido al principio de dar a su equipo como favorito.