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Liga

El día que a Djukic se le hizo de noche

La afición del Deportivo de La Coruña nunca olvidará aquel penalti fallado que les dejó sin liga hace 20 años.

El estadio de Riazor estaba lleno el 14 de mayo de 1994, hoy hace 20 años. No era para menos. El Deportivo de La Coruña de Arsenio Iglesias podía ser campeón de Liga. Todo el mundo creía que lo iba a ser, dado que el visitante, el Valencia, no se jugaba nada. Con un punto de ventaja sobre el Barcelona la cosa estaba clara. Ganar era ser campeón.

Con el Barcelona ganando su partido y el Depor empatándolo llegaban los últimos minutos de encuentro. El 5-2 en el Camp Nou convertía el encuentro en Barcelona en intrascendente. Los jugadores azulgrana se mostraban expectantes, ávidos de noticias de La Coruña. Díaz Vega pitó el final en el estadio azulgrana y quedaban tres minutos en Riazor, donde el 0-0 hacía campeón al Barça.

En el minuto 90 de partido, López Nieto pitaba un claro derribo a Nando. Riazor estallaba de júbilo. Pero a Djukic le tembló el pulso. Tiró el penalti mal, al centro y flojo. Lo paró González. La Liga era del Barça.

Mucho se ha hablado de aquella tarde–noche. De la prima que llevaba el Valencia, reconocida años después por Fernando Giner, central de aquel equipo che. Tres millones de pesetas por cabeza. Y eso que el Valencia no hizo un gran partido, dominado siempre por el Depor que fue el dueño absoluto del partido. Se habló mucho de los jugadores que se escondieron para no lanzar el penalti. Una leyenda más porque Donato, primer lanzador de esa plantilla había sido sustituido diez minutos antes y Djukic, que era el segundo lanzador, se encargó de la tarea. Se dice siempre que Bebeto no quiso tirarlo, pero el brasileño no tiraba los penalties en aquel equipo. Sólo tiró uno en la temporada, por la ausencia de los otros dos, y lo falló.

Este 14 de mayo se cumplen 20 años de aquel día. Afortunadamente para el Deportivo, la historia cambió. Cambió el 24 de junio de 1995 con la Copa del Rey, el 19 de mayo de 2000, con la Liga, el 6 de marzo de 2002 con otra Copa en el Bernabéu, la del Centenariazo. Más logros pudo haber como aquel 4 de mayo de 2004 con la vuelta de las semifinales de Champions ante el Oporto y la gloria perdida en los últimos instantes. Pero el Depor se rehízo. Y eso que tras el penalti de Djukic, de aquella crueldad, a cualquier aficionado que le hubieras preguntado hubiera dicho que no, que nadie podría sobrevivir a aquella tragedia. Era complicado, la verdad.

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