En esa búsqueda del equilibrio en la que se ha enfrascado Carlo Ancelotti la mejor noticia para el Real Madrid la volvió a poner Cristiano Ronaldo con un póquer de goles en la goleada (5-1) lograda ante el Elche en el Santiago Bernabéu. El día que el técnico italiano decidió dar entrada a la segunda unidad del equipo para refrescar a la plantilla, el luso se volvió a echar a la espalda a sus compañeros y facilitó una necesaria dosis de confianza.
Y también fue el día en el que el madridismo vio el estreno Keylor Navas en partido oficial. Sólo Ancelotti sabe si la decisión tendrá carácter definitivo o temporal, pero la inclusión del costarricense devolvió la calma a la crispada grada del feudo madrileño. Por lo demás, el guardameta vivió un debut dulce, de esos encuentros agradecidos para un portero, en el que apenas hizo una intervención y no pudo evitar el tanto de penalti ilicitano.
Ancelotti apostó por Illarramendi junto a Kroos en la medular, con James e Isco por delante y la responsabilidad goleadora sobre Cristiano y Bale. Y en ese baile de rotaciones, al conjunto blanco le costó entrar en calor en el partido. Se encontró cómodo con el balón en los pies pero volvió a sufrir sin la posesión del esférico.
El Elche, mentalizado de que su única opción era alimentarse de los errores de su oponente, no tardó en hurgar en la herida que vienen acusando los madridistas desde el inicio de campaña. Un contragolpe desató el primer susto para los locales cuando Víctor Rodríguez y Jonatas encontraron con demasiada facilidad la espalda de Carvajal. La jugada acabó en amarilla para el lateral y en un aviso que tuvo premio unos minutos después cuando, en otro balón al área madrileña, Cristiano derribó a Mosquera. Tan inocente como claro, en el intento de despeje el portugués mandó al suelo al jugador ilicitano. Albácar, especialista en penas máximas, no falló y los alicantinos se encontraron con el marcador a favor.
Remontada blanca
No cambió ni un ápice el camino del encuentro. El Madrid mantuvo el control y el Elche se quedó a la expectativa hasta que Bale acertó a rematar un servicio de James con la colaboración de Manu Herrera. Llegaron entonces los mejores minutos de los madrileños, que se hicieron definitivamente con el control del partido de la mano de un desconocido Illarramendi y el malagueño Isco. La mejor noticia para Ancelotti fue la sobriedad y el acierto en la distribución del vasco y la participación del andaluz. Colaboró en la remontada blanca Clos Gómez con un penalti inexistente sobre Marcelo que Cristiano se encargó de anotar. El portugués, liberado de su posición en banda, volvió a aparecer como en Riazor prodigándose como un excelente cabeceador cuatro minutos después. Engarzó un testarazo perfecto elevándose sobre los centrales para certificar la remontada blanca.
Con el paso de los minutos y el cansancio acumulado, el Elche terminó por perder su capacidad de sorpresa y, en la segunda parte, reinó el control blanco ante un rival que empezó a planear la próxima jornada y trató de minimizar el parte de daños. Sin embargo, el empeño de Cristiano convirtió la victoria en goleada. Volvió a transformar un claro penalti que había sufrido él mismo y aún tuvo tiempo para lograr el póquer de goles en el descuento tras un gran servicio de Bale. Solventó el Real Madrid un partido en el que el luso se encargó de levantar la moral de la tropa blanca, Illarramendi e Isco se ganaron un voto de confianza y Ancelotti salió satisfecho porque con victorias, las crisis se gestionan mejor.