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Gerard Piqué, un largo historial de salidas de tono

El episodio de la bronca con la Guardia urbana de Barcelona es el último de una lista de desatinos en su vida extradeportiva.

El episodio de la bronca con la Guardia urbana de Barcelona es el último de una lista de desatinos en su vida extradeportiva.
Gerard Piqué, en una rueda de prensa. | EFE

Gerard Piqué atraviesa uno de sus momentos más bajos como futbolista. Su bajo rendimiento sobre el campo le ha hecho perder protagonismo en el FC Barcelona y en la selección española, a lo que se ha unido el largo historial de salidas de tono en su vida extradeportiva, que están agotando su crédito como futbolista. Cada vez más cuestionado, Piqué no ha conseguido recuperar el nivel que demostró en el Barça de Guardiola y que le llevó a ser indiscutible con España en la consecución del Mundial de Sudáfrica y la Eurocopa de Ucrania y Polonia.

Su comportamiento fuera del terreno de juego con un largo historial de salidas de tono y desatinos ha dado más titulares que sus actuaciones dentro del campo, donde su nivel no ha dejado de descender. El último episodio de su bronca con la Guardia Urbana en el Puerto Olímpico de Barcelona, ha sido una muestra más de una actitud que comienza a preocupar en el conjunto azulgrana.

No es la primera vez que sufre un incidente de tráfico por aparcar en un lugar prohibido, algo que ya hizo hace un par de años. Como en el suceso en el puerto, Piqué estacionó en un carril bus para descargar unas maletas y dejó la puerta abierta. Un autobús urbano no pudo esquivar su coche y le arrancó la puerta, algo de lo que se hizo eco toda la prensa.

Bombas fétidas

A menudo, sus bromas pesadas también le han hecho ganarse la reprimenda y tener que pedir perdón por actos de mal gusto que han causado malestar. Este verano, se vivió uno de los últimos episodios en su historial. A Piqué no se le ocurrió otra cosa que lanzar bombas fétidas en el avión que trasladaba al equipo a Finlandia para jugar un partido amistoso. El olor se extendió por todo el avión y puso en aprietos a la tripulación del vuelo, que se afanó en tratar de hacerlo desaparecer y tuvo que pedir disculpas. No contento con eso, el defensa aún tuvo ganas de repetir la acción en la zona mixta del estadio en el que había jugado el equipo.

Un mes antes, Piqué tampoco había mantenido la mejor actitud en la concentración de la selección en el Mundial de Brasil. Después de jugar como titular en la escandalosa derrota de España ante Holanda en el primer partido (5-1), fue uno de los señalados por Vicente del Bosque y perdió el puesto. Su actitud y dejadez en los entrenamientos, se hizo aún cuando se le pudo ver en el banquillo tomando el sol mientras la selección se jugaba su continuidad en el torneo.

Decepcionado con su actuación, Del Bosque no lo convocó para los primeros partidos después del fracaso en el Mundial, aunque decidió contar con él en la última lista. Tampoco había sentado bien dentro del equipo que su pareja, Shakira, se hubiese alojado en el mismo hotel que España en los partidos amistosos previos a la cita de Brasil.

No era el primer problema del jugador dentro de la selección. Aún se mantiene el recuerdo del episodio con Pedro Cortés, directivo de la Federación, durante la celebración del Mundial de Sudáfrica en las calles de Madrid. En aquella ocasión, Piqué se dedicó a escupir al directivo junto a Cesc, mientras iban montados en el autobús descapotable.

Su vida privada también le ha granjeado críticas. Es habitual que dedique parte de sus vacaciones a jugar torneos de póquer en Las Vegas y se ha convertido en habitual de las revistas del corazón. Precisamente, Pep Guardiola fue una de las primeras personas en censurar este tipo de comportamientos, aunque el club no ha conseguido corregir estas actitudes. Piqué se ha acostumbrado a vivir rodeado de polémicas y tampoco ha eludido pronunciarse a favor de la consulta separatista catalana.

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