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Benzema e Isco lideran la victoria del Real Madrid en un gran clásico ante el Barcelona

Neymar adelantó pronto al Barça, pero el Madrid demostró todas sus virtudes: paciencia, entrega y contraataque. Marcaron Ronaldo, Pepe y Benzema.

El Real Madrid está en estado de gracia. Está tocado por los ángeles. La confianza que transmiten como grupo es su arma más fuerte. Da igual que enfrente esté un Barcelona líder, que se adelantaba en el marcador a los tres minutos y que hasta ahora no había encajado un gol en toda la Liga.

Da lo mismo porque, aunque sea una frase hecha, la fe mueve montañas. Y si no, ahí está el gol que acabó de matar el partido, el tercero. Nadie confiaba en que Isco se llevara el balón. No lo creían ni Mascherano ni Iniesta, que tenían una ventaja considerable. Prácticamente nadie en el Bernabéu pensaba que el malagueño acabaría con esa posesión. Casi todos menos Isco. Esta acción cambió el partido, provocó una ovación impresionante al andaluz cuando le sustituyeron y representa la diferencia entre el Madrid y el Barcelona en este partido, la convicción y la intensidad que el primero trajo al Bernabéu y que el segundo se dejó en la Ciudad Condal.

Cierto es que el partido tuvo otra diferencia trascendental en el encuentro: los entrenadores. Carlo Ancelotti no engañó a nadie. No hubo sorpresa. Apostó por un once de garantías, el que lleva nueve partidos seguidos ganando. Luis Enrique, por su parte, siguió con sus experimentos y en el Bernabéu, y ante este Real Madrid, es muy arriesgado. Por primera vez en toda la temporada, Mathieu jugó de lateral izquierdo, apostó por Piqué pese a su preocupante estado de forma y jugó con tres delanteros: Neymar, Messi y Luis Suárez. Da gusto verles jugar juntos, pero al final el equipo se partió. Ancelotti tiene su equilibrio y Luis Enrique tiene que seguir buscándolo si quiere poner a los tres arriba.

Fruto de la clase de los tres atacantes del Barcelona, nació el 0-1. Luis Suárez, que debutaba con el Barça en partido oficial después de cuatro meses de sanción, asistía a Neymar. El brasileño, con dos amagos, rompía a Pepe y a Carvajal para colocar el balón junto al palo y adelantar a los azulgranas. Fue la primera y última vez que la zaga local quedó en evidencia. De ahí en adelante, el partido de Marcelo, Carvajal, Pepe y Ramos fue espectacular.

El partido del Real Madrid tiene mérito. El partido estaba en donde quería el Barça. Por delante en el marcador y, por mucho que el Madrid quisiera competir la posesión, los visitantes eran dueños del balón. Pero aquí es donde está el mérito de este Madrid, que venía de conquistar la primera victoria de su historia en Anfield tras golear al Liverpool en la Champions (0-3). Tuvo la paciencia suficiente para esperar el error del Barcelona y hundirles en los espacios gigantes que había entre los centrocampistas y los defensas. De ahí que Messi, Neymar e Iniesta fueran amonestados. Las amarillas surgían de la necesidad de recuperar rápido la pelota.

La tarjeta que a la postre fue definitiva fue la de Piqué, que cometió un penalti tan inexplicable como que siga en el Barcelona y, por supuesto, sea titular en un clásico. Sacó la mano en una de las múltiples subidas de Marcelo. Penalti que señaló Gil Manzano. Ronaldo, desde los once metros, acabó con la imbatibilidad de Claudio Bravo de 754 minutos.

Claro color blanco en la segunda parte

La primera parte fue igualada, pero en la segunda se vio cómo Mohammed Ali arrinconaba a su rival hasta hundirlo en la lona. El baile de pies fue del Madrid y los golpes los recibía el Barcelona. Cada robo de balón, cada saque de banda a favor, cada falta recibida o cada córner a favor, era un paso adelante hasta arrinconar al Barça. El Madrid salió a morder y lo consiguió de córner. Kroos centró desde la esquina y Pepe remató de cabeza para batir a Bravo. Dicen que los blancos tienen problemas a balón parado, pero en los dos últimos partidos han marcado tres goles de córner.

Quien también rayó a gran nivel fue Iker Casillas. El meta madridista, que esta vez no dejó ninguna duda a balón parado, salvó el empate del Barça a los 56 minutos al lucirse con una gran parada a un disparo lejano de Mathieu.

Y después llegó el tercer tanto blanco, con ese robo de Isco y el remate cruzado de Benzema para batir a Bravo. El premio al gran partido que cuajó el francés. Otro más. Cada aficionado local se acomodó en su butaca y disfrutó del espectáculo.

El Barcelona no arrojó la toalla. Quería pero no podía. Le quedaban 30 minutos para tratar de acortar distancias. Pero desde luego que también sufrió porque Ronaldo, Benzema y James pudieron rubricar una goleada histórica. El clásico no dejó lugar a la duda: el Barcelona tiene graves problemas para defender los contraataques. Hay un agujero tan grande como el Chuquicamata.

Sin un Ronaldo acertado, el Real Madrid supo y mereció ganar a un Barcelona, que pese a estar por delante en la clasificación, tienen más motivos de preocupación. Ahora los blancos, a un solo punto de la cabeza. Y, lo que es más importante, dando motivos de esperanza a su afición después de un pobre inicio de temporada. Pero eso ya quedó atrás, muy atrás.


Ficha técnica

Real Madrid, 3: Casillas; Carvajal, Pepe, Ramos, Marcelo; Kroos, Modric (Arbeloa, m.88), Isco (Illarramendi, m.83), James; Benzema (Khedira, m.86) y Cristiano Ronaldo
FC Barcelona, 1: Bravo; Dani Alves, Piqué, Mascherano, Mathieu; Busquets, Xavi (Rakitic, m.60), Iniesta (Sergi Roberto, m.72); Messi, Neymar y Luis Suárez (Pedro, m.69)

Goles: 0-1, m.3: Neymar; 1-1, m.34: Cristiano Ronaldo, de penalti; 2-1, m.50: Pepe; 3-1, m.61: Benzema
Árbitro: Gil Manzano (Comité extremeño). Mostró tarjeta amarilla a Messi (m.9), Neymar (m.14), Piqué (m.34) e Iniesta (m.38), del Barcelona; y a Carvajal (m.74) y Cristiano Ronaldo (m.92), del Real Madrid
Incidencias: Partido de la novena jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 81.000 espectadores

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