Miguel Cardenal y Francisco Martínez, secretarios de Estado para el Deporte y de Seguridad, respectivamente, han pedido una comparecencia urgente en el Congreso para informar de los sucesos ocurridos ayer cerca del estadio Vicente Calderón, en los que falleció un aficionado del Deportivo.
"Hemos registrado en el Congreso una solicitud de comparecencia conjunta de carácter urgente para trasladar toda la información y someternos a las cuestiones que quieran plantearnos los grupos parlamentarios", dijo Cardenal al término de la reunión de la comisión permanente de la Comisión Antiviolencia.
"Se nos ha propuesto elaborar un listado de los grupos ultras para expulsarlos de los estadios y ponernos un plazo de tiempo para llevarlo a cabo. Las propuestas que he trasladado las han trasladado los mismos clubes y no tienen ninguna duda de que se van a conseguir. Es un viaje que ya han realizado algunos clubes y este compromiso es claro, contundente y estoy convencido de que será eficaz. Hay muchas listas sobre criminalidad pero estamos hablando de crear una lista oficial sobre la que se tomen esas medidas. Tenemos una legislación avanzada pero eso requiere praxis".
Dicha reunión, convocada ayer de manera urgente, fue calificada de "constructiva y positiva" por el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, quien recordó que los hechos siguen "bajo investigación policial y judicial" y afirmó que "no existían elementos de indicio de riesgo" del enfrentamiento que mantuvieron los seguidores radicales del Atlético de Madrid y el Deportivo de la Coruña.
"Son hechos de extrema gravedad pero excepcionales. Hemos mantenido una reunión constructiva y positiva en la que, de manera muy clara, deporte y seguridad quieren decir un no rotundo a la violencia y que dará lugar a medidas eficaces", añadió Francisco Martínez.
El representante del Ministerio del Interior aseguró que el dispositivo de seguridad organizado para el partido del Vicente Calderón "era el adecuado" para un encuentro no considerado de alto riesgo, que incluye cien funcionarios de Policía Nacional y 60 de la Policía Municipal.
Por su parte, Miguel Cardenal anunció que ha convocado una reunión el próximo jueves 4 con representantes de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y la Federación Española de Fútbol (RFEF) para concretar medidas como la expulsión de los grupos violentos de los estadios y el cambio de estatutos para proceder al cierre parcial de las gradas de estos recintos, medida que ya lleva a cabo la UEFA.
También explicó que los representantes del Atlético de Madrid y el Deportivo, Clemente Villaverde y Constantino Fernández, respectivamente -presentes en la reunión-, han pedido datos de las personas relacionadas con la reyerta "identificadas para ver si tienen algo que ver con el club y expulsarlas".
Control en la venta de entradas
En la búsqueda de soluciones, Cardenal se refirió también a "la necesidad de controlar todo lo que tiene que ver con la venta de entradas" y con la violencia verbal que rodea al fútbol y planteó "señalar" a los grupos que tengan "precedentes violentos y crear unidades para prevenir la violencia conjuntamente con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado".
"Ayer no conseguimos que la Policía Nacional supiera cuántas entradas habían llegado de Madrid a Coruña. Hemos descubierto que esa información no había llegado a la Policía. Están utilizando tecnologías para evitar el control policial. Con la colaboración más estrecha de los clubes vamos a poder avanzar", dijo.
Igualmente se refirió a la necesidad de aplicar medidas como la prohibición de la entrada al campo, el cierre de estadios y también la de gradas, la prohibición de venta de abonos y trabajar para que los equipos no tengan "actitudes conniventes con estas personas que utilizan el fútbol para delinquir".
"Las líneas están lanzadas: son aficiones normalmente controladas, que se aprovechan de la presencia masiva para esconder en el anonimato sus acciones. Los lugares donde podemos actuar están claros. He salido muy convencido de la reunión de hoy de que la fecha en la que estamos es ya un antes y un después en lo que tiene que ver con la violencia en los estadios de fútbol", afirmó.
Tras recordar que al final de la temporada pasada el Villarreal ya decidió cerrar parte de su estadio por unos incidentes de índole racista, Cardenal explicó que el CSD "es la última instancia administrativa y la ley le faculta para poder denunciar y recurrir las actuaciones de los órganos disciplinarios" federativos cuando no comparte el criterio sancionador de éstos.
"Las sanciones tienen un efecto pedagógico. Si no pasa nada, la imagen que se proyecta es una imagen de que es hasta cierto punto natural. Tenemos un largo trecho que recorrer, y ayer se pudo de manifiesto, para eliminar de manera clara, rotunda y definitiva a todo tipo de hinchas y personas que desvirtúan la práctica deportiva y deben ser expulsados de la vida deportiva", insistió.