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¿Cómo se designan los árbitros de la Liga?

Desde 2005 los colegiados dejaron de asignarse a cada encuentro por ordenador y ahora todo depende del criterio de una comisión.

Desde 2005 los colegiados dejaron de asignarse a cada encuentro por ordenador y ahora todo depende del criterio de una comisión.
Ángel María Villar y Victoriano Sánchez Arminio. | LD

Durante nueve años (desde 1996 a 2005) la elección de los árbitros que dirigen los encuentros de la Liga se realizaba por un sorteo por ordenador. De forma aleatoria, con determinados condicionantes, se asignaba un colegiado para cada encuentro. Sin embargo, a partir de ese año, se eliminó el sistema y la designación pasó a ser realizada por parte de una comisión. Se esgrimió como argumento principales evitar que el azar del ordenador asignase árbitros noveles para encuentros de gran tensión.

Sin embargo, nada se conoce de los criterios utilizados para elegir a uno u otro juez, algo que ha levantado suspicacias entre los aficionados sobre la opacidad existente. Y en el foco de todo está una de las personas que lleva más años al frente del fútbol español: Victoriano Sánchez Arminio. Después de dirigir 149 partidos en 13 temporadas en Primera División, se retiró del arbitraje en 1989 y ese mismo año recibió la oferta de Ángel María Villar para formar parte del Comité de Designación de árbitros.

Cuatro años más tarde, cuando Pedro Sánchez Sanz dimitió en 1993, se convirtió en presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) y pasó a ser el máximo responsable de los árbitros españoles. A la sombra de Villar, se ha mantenido en el cargo hasta nuestros días como dirigente de un órgano marcado por una ausencia notable de transparencia.

Comisión Arbitral

Según el artículo 202 del Reglamento General de la Federación Española de Fútbol (RFEF), en el Comité Técnico de Árbitros hay constituida una Comisión Arbitral para la Competición Profesional formada por tres personas, cuya misión principal es la de asignar colegiados para los encuentros de Primera y Segunda División. Antiguamente, uno de esos miembros era elegido por los propios árbitros, pero ahora es la Federación quien lo decide y Sánchez Arminio ocupa una de las sillas. La Liga elige a otro de los participantes -el excolegiado Antonio Jesús López Nieto- y el tercero es elegido por consenso entre ambos organismos (Evaristo Puentes Leira).

Existen algunos condicionantes generales establecidos a la hora de designar a los colegiados. Cada árbitro puede dirigir un máximo de dos partidos a cada equipo de Primera, un encuentro fuera y otro en casa, y no puede participar en los choques en los que jueguen equipos de su misma comunidad autónoma. Además, deben superar las cuatro pruebas físicas a las que son sometidos cada año. En caso de suspenso, quedan apartados varias jornadas pero pueden acudir a una repesca.

A la hora de elegir los árbitros de cada encuentro, los miembros de la comisión se reúnen para elegir a los que consideran más óptimos. Normalmente, los árbitros internacionales suelen quedar asignados para los partidos más importantes, o en los que se pone en juego el título o existe alguna rivalidad. El hecho de que la comisión esté formada por tres personas no es algo casual. En caso de disparidad de criterios y no llegar al consenso, la última palabra es siempre de Sánchez Arminio. También su criterio prevalece a la hora de proponer el nombre de los colegiados que aspiran a ser internacionales. Ser un hombre afín al máximo responsable arbitral abre la puerta de la internacionalidad.

La opacidad es aún mayor a la hora de decidir los ascensos y descensos de los árbitros cada temporada. La federación envía informadores arbitrales a cada encuentro para puntuar sus actuaciones. Sin embargo, se desconoce quienes son dichos informadores y el contenido de sus informes y las puntuaciones no es público. Cualquier alteración o variación de los resultados queda en manos de lo que decida el propio Sánchez Arminio.

Sólo el presidente de la Federación se encuentra por encima del máximo responsable de los árbitros, su hombre de confianza y quien decide cada jornada quién debe dirigir cada partido. Villar y Sánchez Arminio acumulan más de dos décadas con el fútbol español en sus manos.

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