Después de conceder un plazo prudencial de dos semanas para que llegara una respuesta del Gobierno, los clubes de la Liga están dispuestos a dar el paso definitivo de ir a la huelga. Como casi siempre, el tema que ha colmado la paciencia de los clubes es económico. Consideran que la promesa por parte del presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, de que el Consejo de Ministros aprobaría el decreto que regule la venta centralizada de los derechos televisivos, está rota. Esperaban la medida para antes de Navidad y, por ello, hace dos semanas dieron un ultimátum.
La desesperada situación de algunos clubes, cuya viabilidad a corto y medio plazo pasa por ver mejorados sus ingresos por la cesión de sus derechos de emisión, obliga a tomar una decisión y existe el convencimiento de que la huelga es el única medida de presión posible. El presidente de la LFP, Javier Tebas, pidió paciencia a los presidentes de los clubes en la última asamblea y se remitió a la palabra dada por Cardenal, pero existe el convencimiento de que ha sido desde Moncloa desde donde se ha paralizado una ley prometida hace meses por la guerra en la que se han enzarzado los estamentos que rigen el fútbol español.
Entre los clubes existe el convencimiento de que la venta centralizada es la única vía para obtener más dinero. Se vendería un paquete único a los operadores de televisión, que incluiría a todos los clubes de Primera y Segunda, con el que aspiran a ingresar 1.000 millones de euros, por los 850 que reciben actualmente entre todos los equipos. De esta manera, se podría cambiar el tan criticado reparto del dinero de los derechos televisivos. Real Madrid y Barcelona mantendrían el mismo estatus (unos 140 millones de euros) pero el ratio de reparto sería de 1 a 4 con los últimos equipos de Primera que, dicho de otro modo, ingresarían 40 millones de euros.
Villar quiere su parte
En principio, estaba previsto que la próxima asamblea de la Liga se celebrase el miércoles 4 de marzo para acordar el camino a seguir. Sin embargo, Tebas decidió posponer la reunión al próximo 9 de marzo, tras conocer el posicionamiento de la Federación Española de Fútbol (RFEF). El máximo organismo del fútbol español, que preside Ángel María Villar, señaló en un comunicado que los miembros de su Junta Directiva habían consensuado "la necesidad" de que la Federación "sea la titular de los derechos de televisión" y ofreció la posibilidad de crear una comisión mixta con la Liga para desbloquear la situación.
Con el apoyo de la FIFA y de su presidente, Joseph Blatter, Villar aprovechó para criticar a Cardenal y volvió a recordar que denunciará injerencias gubernamentales en la gestión de la Federación. En el trasfondo de todo, de nuevo vuelve a aparecer el asunto económico. La Federación no se quiere quedar sin un trozo del jugoso pastel en el que se ha convertido la gestión de los derechos de televisión y aspira a quedarse con un porcentaje que podría rondar el 5%.
El próximo 9 de marzo se tomará la decisión definitiva. En general, los clubes no son partidarios de la huelga e incluso uno de ellos, el Athletic, votó en contra en la asamblea. Agotadas las vías del diálogo, consideran que ir a la huelga es la única opción para acelerar algo que se ha alargado en el tiempo más de la cuenta. Incluso ya se barajan las posibles fechas. La asamblea de la Liga podría acordar parar la competición ese mismo fin de semana del 14 y 15 de marzo (jornada 27), aunque tampoco descartan lanzar el órdago de ir a la huelga el fin de semana del 21 y 22 de marzo, en el que tendrá lugar el clásico en el Camp Nou.