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Cuando en el clásico no sirve ser favorito

Barcelona y Real Madrid han librado muchos partidos en los que se ha impuesto la teórica víctima, el equipo que llegaba peor. Repasamos algunos.

Barcelona y Real Madrid han librado muchos partidos en los que se ha impuesto la teórica víctima, el equipo que llegaba peor. Repasamos algunos.
Messi, cabizbajo tras un gol del Real Madrid. | EFE

Muchas veces se ha impuesto el favoritismo de uno sobre el otro. La llegada en mal estado de uno de los equipos ha sido aprovechada por el otro, pero Real Madrid y Barcelona protagonizan a través de la historia un enfrentamiento que ha deparado que la teórica víctima se haya impuesto y no ha sido en pocas ocasiones. Repasamos ahora alguno de esos encuentros con pronóstico claro que, sin embargo, ha sido ganado por el que no llegaba de favorito al clásico.

Hace un año el Real Madrid de Ancelotti llegaba con cuatro puntos de ventaja sobre su eterno rival. En un partido disputado el penúltimo domingo de marzo, como este que viene y a la misma hora, las nueve de la noche. La liga estaba casi sentenciada si los blancos se imponían, incluso podía haber cambiado el campeón porque el Atlético se quedaba a tres puntos de sus vecinos. Con todo a favor y ganando 3-2 a veinte minutos del final, el Madrid acabó perdiendo y la liga se apretaba. Tanto que los blancos acabaron terceros.

El 21 de abril de 2012 el Madrid llegaba al Camp Nou con cuatro puntos de ventaja pero había dilapidado diez puntos de ventaja con tres tropiezos casi consecutivos, dos en el Bernabéu (ante Valencia y Málaga) y uno fuera, en Villarreal. El Barcelona venía como un tiro y dando casi por sentado que iba a ganar al Madrid y se iba a quedar a un punto. Mal hecho. En un gran partido táctico de José Mourinho el equipo madrileño ganaba 1-2 en el Camp Nou gracias a un gol de Cristiano Ronaldo. Siete puntos de ventaja y liga sentenciada.

Dos de los casos más increíbles en esta rivalidad se vivieron con diferencias enormes de puntos entre los dos equipos. Ha habido muchos casos pero destacamos un par que son los más significativos. El 1 de abril de 2006 el Barcelona llevaba 14 puntos de ventaja al eterno rival. En una noche fría en el Camp Nou el equipo azulgrana se adelantó con un gol de Ronaldinho. El Madrid se quedó con diez por expulsión de Roberto Carlos. Entonces un pase en profundidad de Baptista dejó a Ronaldo, sólo ante Valdés y el brasileño definió con una vaselina sublime. Empate cuando nadie en la quiniela lo hubiera apostado.

El 19 de abril de 2003, un Sábado Santo, el Barcelona de Radomir Antic llegaba a 20 puntos del Madrid de Del Bosque, campeón final de aquella liga. El partido acabó con un empate a uno imprevisible en todas las apuestas. Aquel encuentro lo abrió Ronaldo y lo empató el actual entrenador azulgrana, Luis Enrique.

También tienen cabida aquellos en los que uno de los equipos ha salido completamente reforzado de ese encuentro teniendo bastante desventaja antes de empezar. En 2004, el Barcelona ganó en el Bernabéu 1-2 gracias a dos goles, uno de Kluivert y otro de Xavi Hernández para situarse a dos puntos de los blancos, cuando en la temporada habían llegado a estar a 20. Ese año el Valencia ganó la Liga pero el Barcelona alcanzó un subcampeonato impensable meses antes.

En ese mismo sentido se desarrolló el partido del 9 de marzo de 2007. El Madrid de Capello, campeón luego en un final de liga inaudito, llegaba a seis puntos del Barcelona aquel partido. Siguió a esa distancia pero empató a tres en el recinto blaugrana en un encuentro inolvidable con expulsión de Oleguer antes del descanso y hat-trick de Messi, el último de los goles en el tiempo de prolongación.

Y así grandes partidos de una rivalidad histórica. Partidos vibrantes, batallas que han servido para forjar la rivalidad. El clásico del domingo es otro capítulo de una gran historia. Una historia con tintes imprevisibles, partidos en los que no sirve de nada ser favorito.

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