Iñaki Bea, segundo entrenador del Eibar, lo tenía bien apuntado en su libreta. El año pasado, la mano derecha de Mendilibar, técnico armero, realizó varios viajes a Alemania para ver en directo las evoluciones de Takashi Inui, un mediapunta polivalente que también puede desenvolverse en ambas bandas, que jugaba en el Eintracht Frankfurt. La movilidad, el descaro y el buen último pase de Takashi, enamoraron a un Bea que movió todos los hilos que pudo para traerse al nipón al País Vasco.
No fue fácil convencer a un presidente, Alex Aranzabal, que tuvo que hacer un importante esfuerzo económico por Inui: 300.000 euros de desembolso para convertirse en el fichaje más caro en la historia del conjunto vasco. La insistencia de Iñaki Bea y de Fran Garagarza, director deportivo del conjunto azulgrana, dio sus frutos.
Nacido en Omihachiman (Japón) el 2 de junio de 1988, Takashi Inui mide 1,69 metros y pesa 63 kilos. Ha sido internacional absoluto con Japón en 20 ocasiones, y con el Eintrach fue un jugador importante -75 partidos y 7 goles-. Tras pasar el típico periodo de adaptación, Mendilibar le hizo debutar la pasada semana en el Ciutat de Valencia ante el Levante. Inui dejó su selló de calidad con una gran jugada individual que propició el segundo gol de Borja Bastón.
¿Cómo se desenvuelve Inui en su nueva casa?
Si deportivamente parece ya asentado, con la ayuda de un Iñaki Bea que le transmite las órdenes técnicas en alemán y gracias a la presencia de un traductor dos veces por semana, poco a poco se va aclimatando a su nueva casa. Recibe clases de español tres veces por semana. Su compatriota no solo hace labores de traductor y de profesor, también saca de apuros a Inui cuando necesita cosas tan básicas como menaje del hogar o hacer la compra diaria. El todoterreno japonés, es su auténtico ángel de la guarda.
Como bien apunta Garagarza, la cultura japonesa encaja perfectamente en la filosofía del Eibar. El sacrificio, la humildad y la entrega son valores que ambos comparten. En el vestuario, su carácter entrañable ha sido recibido con los brazos abiertos por sus compañeros.
La llegada de Inui revolucionó Eibar. El jugador japonés tiene mucho tirón entre una afición, que le ha acogido con especial cariño. Si para los más veteranos la presencia de Takashi le ha dado a la ciudad un toque exótico -muchos periodistas y medios de comunicación japoneses han colocado en el mapa a Eibar gracias a Inui-, entre los más jóvenes sus ojos rasgados se convierten en toda una atracción. Su presencia ha supuesto una auténtica revolución. Es la Takamania.
Amante de la gastronomía vasca, el bacalao al pil-pil ya se ha convertido en su plato favorito, Takashi impresiona a todos sacando a relucir un curioso sentido del humor negro en momentos impredecibles que deja boquiabiertos a sus compañeros. Sus ganas de adaptarse son tales, que repite en voz alta las palabras que escucha hasta seis veces de manera consecutiva.
Muestra curiosidad por todo lo que le rodea, y una de las cosas que más le llamaron la atención, fueron las escaleras mecánicas situadas en pleno centro eibarrés.
Amante del monte, se escapa en cuanto tiene un hueco para relajarse en plena naturaleza. Este japonés elegante en su estilo de juego, poco a poco, se está convirtiendo en el gran ídolo de una afición que disfruta esta temporada con un equipo que navega por la parte noble de la clasificación.