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Griezmann hace los honores y el Atlético estrena con victoria el Metropolitano (1-0)

El francés anotó el único gol del partido tras una actuación rojiblanca marcada por el contexto del nuevo estadio. Fiesta inicial y final en la grada.

El francés anotó el único gol del partido tras una actuación rojiblanca marcada por el contexto del nuevo estadio. Fiesta inicial y final en la grada.
Griezmann anotó el primer gol en el Metropolitano. | EFE

Poco importaban las formas, pero el Atlético de Madrid de Simeone tenía muy claro que el Wanda Metropolitano tenía que estrenarse con victoria. Daba exactamente igual cómo. Los primeros tres puntos debían quedarse en la nueva casa colchonera. El primer gol si podía ser también debería ser madrileño. Dicho y hecho. Griezmann puso el tanto y el Metropolitano ya tiene en la primera hoja de su particular libro, la historia de una victoria de su Atlético de Madrid.

El partido fue lo de menos y más teniendo en cuenta el nivel exhibido por ambos. El Málaga intentó sobrevivir basándose en la defensa y en la tensión emocional de los locales. Estuvo a punto de salirle bien el plan al conjunto de Míchel, pero el ADN Simeone no vive de fiestas, vive de ganar cada partido y si el contexto de fiesta no invitaba al optimismo, esa no podía ser una excusa.

El día de las "primeras veces del Metropolitano" ya ha pasado y la historia recordará que se ganó, no cómo se logró esa victoria. Griezmann, por si acaso, también se encargó de teñir de rojiblanco el primer gol. Fiesta completa.

Sufrimiento e impaciencia inicial

Es cierto que el Málaga de Míchel llegaba en pésimas condiciones al estreno del Wanda Metropolitano, pero nadie esperaba que en su nueva casa y con las referencias y medidas aún por coger, el Atlético pasara por encima del conjunto andaluz. Más teniendo en cuenta que los visitantes iban a colocar la muralla para cerrar a cal y canto la portería de Roberto.

Sin embargo sí se esperaba que con el paso del tiempo el contexto se fuese olvidando para dar paso al asedio local. El ir de menos a más suele ocurrir en días de algarabía y festejos aunque en el caso del Atlético fue al revés. Los hombres de Simeone arrancaron con ganas de conseguir el 1-0 con rapidez, pero el paso de los minutos diluyó ese ímpetu inicial.

Con el Málaga encerrado en su campo juntando las tres líneas hasta reducir al cero los espacios, el Cholo vio como su equipo perdía la verticalidad para sólo mover el balón de lado a lado esperando que un giro de cuerpo de Correa o Griezmann desatascara el partido. Por momentos, los dos delanteros rompieron líneas ayudados del 'séptimo de caballería' formado por Thomas, Saúl o Gabi, pero las ocasiones no llegaban. Faltaba rapidez en los metros finales.

Míchel mantuvo a su equipo encerrado sin atisbo de salir de la cueva hasta la media hora de partido ya que a partir de ahí sí lograron amenazar a la contra. De esa manera pudo llegar el disgusto que nadie quería tener en un estreno: el gol rival como primer tanto en la historia de tu nuevo estadio. Borja Bastón rozó ese 0-1 que hubiese dinamitado la fiesta rojiblanca, pero Oblak apareció justo a tiempo para evitar que la contra malacitana colocara el 0-1 en el luminoso.

La primera mitad murió con una gran maniobra de Correa que hizo todo bien con el cuerpo, la conducción y la pared, pero no con el disparo. El partido estaba atascado y el estreno pedía goles.

Griezmann iluminó el Metropolitano

Gol. Al Atlético le ha faltado gol en los últimos partidos y el Wanda Metropolitano necesitaba al menos uno. Luis Aragonés marcó el primero del Vicente Calderón y no sirvió para ganar el primer partido de la historia en el Manzanares. Si el Metropolitano quería empezar con buen pie tenía que hacerlo mejorando lo anterior. Esa tarea se encargó de hacerla realidad Griezmann.

No se puede destacar mucho fútbol en la segunda mitad, pero sí que Simeone acertó de pleno dando entrada a Carrasco para aumentar las revoluciones de los suyos. Griezmann y Correa no habían tenido suerte dando verticalidad al equipo por dentro y el Cholo quiso buscar lo mismo, pero por fuera. Con el belga lo logró.

Un cuarto de hora tardó el Atlético en hacer historia con el primer tanto en su nuevo hogar. El Málaga perdió las referencias defensivas con la entrada de Carrasco y Correa apareció más por la banda derecha. Ahí nació la jugada del gol. El argentino se deshizo de su marcador, puso la directa hacia al área y ante la llegada de Griezmann le sirvió el balón para que el galo, a la hora de partido, pusiese su nombre con letras de oro en la historia rojiblanca. Primer toque y gol. Tanto para recordar.

El resto del encuentro sirvió para comprobar lo que un primer día en un estadio nuevo puede generar en una grada que con la victoria en el bolsillo sólo quiere que no se la quiten de las manos. Nadie quiere recordar una primera vez con una desilusión y menos con todos los ojos puestos en el escenario en cuestión.

Sólo la entrada de Torres al campo y una ocasión de Rolán que despejó Oblak movieron algo más a un Wanda Metropolitano que ya le ha dado a su afición la primera victoria y sin tener que esperar más de la cuenta. El espectáculo de luces y fuegos artificiales tras el final del partido pusieron el broche de oro al estreno. En dos semanas llega la Champions. Palabras mayores para un estadio cuya categoría y grandeza ya ha empezado a exhibirse desde el pitido inicial.

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