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Luis Suárez asalta la 'cueva' del Atlético (1-1)

El uruguayo niveló el choque en el minuto 82 haciendo inútil el tanto inicial de Saúl. Partido igualado con una parte para cada equipo.

El uruguayo niveló el choque en el minuto 82 haciendo inútil el tanto inicial de Saúl. Partido igualado con una parte para cada equipo.
Jordi Alba celebra con Luis Suárez el tanto del uruguayo | EFE

El Wanda Metropolitano va conociendo poco a poco cómo son los partidos grandes de Atlético de Madrid. La primera visita del Barcelona bien merecía un buen encuentro y eso es lo que se pudo ver en el estadio rojiblanco. Los locales fueron mejores en la primera parte y colocaron el 1-0 en el marcador neutralizando a su rival y ofreciendo la mejor cara de lo que va de temporada. Por su parte, el Barcelona ‘decidió’ esperar a la segunda parte para mostrar su arsenal ofensivo y pese a ser maniatado en 81 de los 90 minutos de partido, Luis Suárez rompió el muro del Atlético con el gol del empate.

Fue un gran partido de fútbol y los dos equipos exhibieron virtudes y defectos a partes iguales. Al Cholo le sigue faltando un nueve que convierta el buen trabajo de todo el equipo en peligro contundente arriba. Mientras esperan a Diego Costa viven de su segunda línea a falta de ver a Griezmann con la vitola de goleador y eso vuelve al equipo extremadamente conservador. En el Barcelona se sigue notando que no está Neymar. Valverde ve a su equipo plano por momentos, pero con Messi y Suárez ese déficit no parece tan grave.

Mientras Atlético y Barcelona soluciones sus respectivos problemas, el Metropolitano ya tiene en su hoja de servicio, banderas españolas ondeando en la grada incluidas, una noche de clásico liguero entre rojiblancos y azulgranas. El combate, de momento, nulo.

El Atlético golpea primero

Se echaba de menos la mejor versión del Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano. Se rozó la misma en la segunda parte ante el Sevilla que finalizó con 2-0 para los rojiblancos, pero aún faltaba un partido grande ante un rival que llegase con el cartel de gigante para ver si el equipo de Simeone se soltaba la melena en su nueva casa. Ante el Barcelona se vio al mejor Atlético de lo que llevamos de temporada y todo a costa de un rival que arrancó dando miedo y se fue diluyendo al ritmo que marcaron Saúl y compañía.

La primera parte fue colchonera aunque no el susto inicial. Apenas se llegaba al minuto uno de partido y Messi ya había provocado el caos en la zaga local. Jugada de combinación, internada en el área y 0-1 al limbo por muy poco.

El Atlético asumió muy pronto ese temor tan prematuro y rápidamente se hizo con el control de los tiempos, que no de la pelota. La posesión era del Barcelona. Rakitic e Iniesta se hartaron de tener el balón en sus pies aunque nunca convirtieron ese dominio en peligro. Lejos de mantener la calma con la posesión, el Barcelona empezó a regalar balones en defensa y con cuatro obsequios azulgranas con posterior fallo rojiblanco, el partido cambió de colores. La más peligrosa de las ocasiones la desbarató Ter Stegen con una soberbia parada y no se quedó sólo en esa intervención. El alemán sacó la primera a Griezmann y también la segunda. El caño del galo a Piqué bien merecía el gol por otro lado.

Con el Barcelona mareando la pelota sin encontrar en ningún momento a Messi o Luis Suárez, la segunda línea del Atlético liderada por Saúl comenzó a adelantar metros y una vez cerca del área rival empezaron a generar sensación de gol. Esas sensaciones pronto se convirtieron en el 1-0 con un tanto ‘made in’ Saúl: recepción del balón, continuación precisa para colocar la pelota y toque magnífico con el interior para estirar todos los músculos del cuerpo de Ter Stegen haciendo imposible que el germano alcanzase la pelota. Go-la-zo.

El tanto llegó en el minuto 20 de partido y aún quedaba mucha tela que cortar en la primera parte. El Barcelona siguió con el balón en su pies y el Atlético se lo permitía. Sólo un pase de Iniesta para André Gomes al que no llegó el portugués inquietó a Oblak. Simeone, desde la banda, casi mata a Carrasco por dos errores defensivos en la peor zona posible, pero el Cholo se marchó al vestuario con el 1-0 en su poder.

Suárez castiga el conservadurismo local

Si la primera parte fue del Atlético, la segunda tendría color azulgrana. En los 45 minutos finales, el equipo de Valverde logró golpear en vez de avisar continuamente de sus intenciones. Suárez se echó el equipo a las espaldas y tiró de su escudero Messi para someter al Atlético a un asedio no voraz aunque sí continuado.

El Barça fue minando la pared defensiva rojiblanca y a base de pequeños golpes empezó a hacer a hacer mella. Suárez asustó a Oblak poco después de iniciarse el segundo asalto, Messi se encontró con el palo y Valverde terminó de mostrar sus cartas a tumba abierta con Sergi Roberto y Deulofeu pasando así a tener tres centrales y más poder de centro del campo en adelante.

Simeone, aún creyente en la figura de Gaitán y siendo casi el único en procesar esa religión, puso en el campo al argentino buscando lo que el ‘22’ le daba al Benfica: control, último pase y gol. Nada de eso ofreció Nico y Valverde ganó la batalla al Cholo. Messi, mientras tanto, siguió probando a Oblak y tuvo en su zurda la mejor ocasión hasta ese momento. El ‘10’ no acertó y a Simeone le dio tiempo a meter en el campo a Thomas para combatir aún más el centro del campo. Valverde vio el movimiento y tiró de Paulinho. Ajedrez sobre el tapete.

La batalla estaba en su punto más álgido y el Barcelona veía que el gol estaba más cerca que en la primera parte. Sin ‘9’ y sin el mejor Griezmann, el Atlético no puede asustar cuando está cerrado atrás y sería Sergi Roberto el que arruinaría la fiesta del Metropolitano con su centro medido para el posterior remate de cabeza de Suárez. El uruguayo, celebración muy a su estilo ofensivo aparte, anotó el 1-1 y avisó al resto del equipo: aún se podía ganar.

Los últimos minutos ya con Torres en el campo dejaron varias opciones visitantes para llevarse la contienda, pero el empate a uno ya no se movería del marcador. Combate nulo en el Wanda Metropolitano con la sensación de que ambos se quedaron a medias. Semana de entrenadores la que espera a Valverde y Simeone. Pulir virtudes y solucionar carencias para pasar de 45 minutos muy buenos a 90 de notable.

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