Los Oklahoma City Thunder, liderados por un excelso Russell Westbrook –32 puntos y doce asistencias–, le pusieron muy difíciles las cosas a Los Angeles Lakers en el Staples Center. En el equipo local brillaron los de siempre: Pau Gasol y Kobe Bryant anotaban 21 puntos cada uno. El español añadía siete rebotes y el escolta registraba siete asistencias. Por los Thunder, que han visto cortada su racha de cuatro triunfos seguidos, también ha destacado Kevin Durant con 24 puntos y ocho rebotes.
El duelo entre dos de los mejores equipos del Oeste sirvió ha servido como colofón a una jornada especial en la NBA con la celebración del Día de Martin Luther King, ocasión que aprovechaban los jugadores para lucir nuevos modelos de zapatillas negras.
Los angelinos optaron desde el comienzo por volcar el ataque en sus torres. Andrew Bynum, espectacular, con confianza y atacando el aro con rabia, recordaba su mejor versión, mientras que Gasol, muy activo, resultaba el complemento perfecto (19-12). Bryant, mientras tanto, se bregaba en defensa con Westbrook, al igual que ocurrió en las pasadas eliminatorias por el título, y Ron Artest se emparejaba con Durant.
La pareja explosiva de los Thunder empezó el partido como un tiro. Westbrook corría la pista sin que nadie le detuviera y Durant, haciendo gala de su inteligencia y acierto en el lanzamiento, acabó el primer cuarto con la mitad de los puntos de su equipo (28-28). La entrada en cancha de los reservas dio aire a los de Scott Brooks, sólidos y revitalizados a ambos lados de la pista gracias a la defensa de Serge Ibaka y Nick Collison, la picardía de James Harden y la dirección de Eric Maynor. El banquillo californiano tampoco se quedó atrás. Liderados por Lamar Odom –mortífero desde el triple y desplegando sus facultades en todos los apartados del juego–, los Lakers mantuvieron controlada la situación a pesar del regreso de Westbrook, capaz de desquiciar al mismísimo Bryant.
El líder de los Lakers, para resarcirse, dejó un mate para enmarcar, todo un prodigio de plasticidad, justo antes de alcanzar el descanso (58-55), al que se llegó con un precioso alley oop de Westbrook a Ibaka. El baño de Westbrook hasta ese momento propició una reacción que comenzó por Derek Fisher. El veterano base, que ha firmado su mejor anotación de la temporada (15), comandó un enérgico arranque de la segunda mitad (76-61), cimentado en triples de Artest y Bryant y un palmeo de Gasol.
El equipo de Oklahoma se vino abajo en esos instantes. Falló ocho tiros consecutivos mientras sufría el torrente de juego local y veía cómo Durant se desvanecía asfixiado ante la exigencia defensiva de Artest. Entonces resurgió la figura de Westbrook. Como si los minutos no pesaran en su físico, el ex base de UCLA puso la directa y contagió a los suyos con su descaro hasta devolver la incertidumbre al duelo a falta del último cuarto (81-75).
Durant volvía a estar fino con la muñeca, pero sus acciones eran contestadas por Bryant. Gasol, con dos suspensiones de cinco metros, parecía poner el partido muy cuesta arriba para su rival (98-88) a falta de 3:47. Y, aunque un nuevo alley oop de Westbrook a Ibaka redujo la brecha (98-94), Westbrook y Jeff Green erraron dos triples seguidos antes de que Bryant dictara sentencia desde la línea de personal. Al final, victoria por 101-94 que permite a los Lakers recuperar la senda victoriosa tras la derrota sufrida la noche anterior ante Los Angeles Clippers (99-92) en este mismo escenario del Staples Center.