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Récord de longevidad en Francia

100 kilómetros con 100 años

"Apenas bebía un vaso de vino tinto al día, ese es el secreto", aseguró, orgulloso, Marchand.

"Apenas bebía un vaso de vino tinto al día, ese es el secreto", aseguró, orgulloso, Marchand.
Robert Marchand, de cien años, hizo cien kilómetros en 4 horas, 17 minutos y 27 segundos. | EFE

Robert Marchand, un francés de casi 101 años, ha establecido el récord de velocidad en bicicleta en 100 kilómetros para centenarios, al recorrer esa distancia en 4 horas, 17 minutos y 27 segundos en un velódromo de Lyon.

"No he hecho esto para ser un campeón, lo he hecho para probar que la raza humana, a condición de que no haga excesos, puede vivir bien hasta los cien años", aseguró Marchand pocos minutos después de completar las 300 vueltas al circuito.

Con el mismo fin, en febrero pasado este exbombero y exboxeador batió en un velódromo de Suiza el récord de la hora para centenarios, que fijó en 24,25 kilómetros. Ambas pruebas fueron homologadas por la Unión Ciclista Internacional (UCI), que creó la categoría de centenarios gracias a Marchand.

En su nueva aventura, que recorrió a unos 23 kilómetros por hora, el centenario no dio muestras de fatiga, aunque reconoció que en los últimos kilómetros sintió cierto dolor en una mano y en el trasero.

La proeza de Marchand ha despertado una gran atención mediática en Francia y del público, que se acercó a seguir su hazaña y no dudó en pedirle autógrafos, que el anciano firmó con agrado.

Sonriente, el anciano aseguró que durante toda su vida apenas ha hecho excesos, nunca fumó, no bebió demasiado alcohol y cuidó mucho su alimentación. "Apenas bebía un vaso de vino tinto al día, ese es el secreto", aseguró, orgulloso.

El centenario asegura que no conoce el dopaje: "Probé las bebidas energéticas, pero me daban dolor de estómago. Lo único que necesito es agua y un poco de miel".

Marchand, que vio como su afición por la bicicleta era truncada por las dos guerras mundiales que vivió, siempre ha sido un apasionado del ciclismo y un habitual de ciertas carreras. Retomó la afición cuando se quedó viudo a los 78 años. "Pensé que si me quedaba en el sillón viendo la tele estaba perdido", afirmó.

A principios de mes recorrió los cien últimos kilómetros de la París-Cambrai, como preparación del récord logrado hoy. "Me pareció menos duro, porque hay cuestas y, como no voy muy deprisa, las subo bien, pero al bajar no tengo que pedalear. En el velódromo no puedes parar de pedalear en ningún momento".

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