"El Rey me dijo que viendo las imágenes se le pusieron los pelos como escarpias", fueron la llamada y la frase que destacó José María Olazábal, capitán triunfante de la Ryder Cup, de los cientos de números telefónicos que desde el domingo pasado fueron apareciendo en la pantalla de su móvil.
La victoria en suelo estadounidense disparó la agenda de Olazábal y acabó con la batería de su teléfono portátil. Viajes, entrevistas, flashes y llamadas, como la relatada del Rey. "Fue un detalle que no esperaba", ha dicho el golfista vasco en Madrid, durante su primera conferencia de prensa en suelo español. "El Rey me reconoció que había recibido muchas llamadas de los amigos que tiene por todo el mundo dándole la enhorabuena", relataba Olazábal, el director de la remontada histórica de Europa frente a los Estados Unidos en Chicago.
Olazábal ha acumulado tantas imágenes y experiencias que aún no ha tenido tiempo de, como dijo, "parar a pensar". De los últimos seis días de este golfista de 46 años, sólo dos han transcurrido en su casa de Fuenterrabía pero sin descanso alguno.
Guardiola y la presión
El capitán ha recordado en Madrid, en el Centro Nacional de Golf, todo lo acontecido en Medinah, y todavía extrajo de la memoria algunos detalles aún no revelados. Por ejemplo, la anécdota en la que es protagonista Pep Guardiola, el exentrenador del Barcelona, que estuvo en Chicago y que le ayudó a diseñar un vídeo de motivación para los golfistas europeos.
"Me dijo (Pep) al oído en el decisivo hoyo 18 del domingo en Medinah, cuando Martin Kaymer estaba de dos metros para meter la bola: ahora me doy cuenta de lo que es la presión de verdad", relataba. "Que un hombre como Guardiola, que ha estado disputando finales de Champions, me dijera esto, pues la verdad es que me sorprende. Que Pep se dé cuenta de lo que es presión de verdad en el hoyo 18 de Medinah...", señaló Olazábal.
Se queda con el golpe de Poulter
El capitán, que admitió que apenas durmió más de dos horas la noche anterior al domingo decisivo de la Ryder Cup, escudriñó en su memoria y escogió como el mejor golpe del torneo el ejecutado por el inglés Ian Poulter el sábado, en el hoyo 18, que dio un punto a Europa para, al menos, soñar con la remontada.
"Aquel sábado por la noche terminamos la reunión, cenamos un poco y los jugadores se fueron a la cama. Pero yo me quedé ahí, viendo las posibilidades de los emparejamientos del domingo. Luego, fui a la cama, intenté dormir, pero no hubo forma", recordó el golfista de Fuenterrabía.
Olazábal admitió que aún no ha podido hablar con Davis Love, su homólogo en el equipo norteamericano. "Sólo he hablado con Butch Harmon -extécnico de Tiger Woods y eventual del propio Olazábal- para preguntarle por cómo la prensa estadounidense le ha tratado. Harmon me dijo que no habían sido excesivamente duros", indicó.
El golfista guipuzcoano se mostró, asimismo, sorprendido por el ambiente que se vivió en Medinah, "sobre todo lo que ocurrió en el hoyo 1 con Poulter y Bubba Watson", agregó. "Quizá en diez años estén todos los aficionados ahí en un 'Viva la Virgen' y dando gritos. Todo puede ser", dijo en relación con el tradicional silencio del público en los instantes previos a que los golfistas peguen sus golpes.
"Me quedo con los abrazos que di a Kaymer, Poulter y Westwood tras la victoria. Fueron especiales", dijo Olazábal, quien reaparecerá la semana que viene como jugador en el Portugal Masters, del circuito europeo. "Ahí volveré a ser quien soy e intentar lo de siempre. Esforzarme en un campo de golf para hacer un buen resultado", declaró el dos veces campeón del Masters de Augusta.