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La selección española sufre su primera derrota en el Mundial de balonmano ante Croacia

Los de Valero Rivera han caído derrotada ante Croacia en el último encuentro del grupo (25-27) y evitará a Francia en cuartos y Dinamarca en semis.

La selección española de balonmano ha encajado su primera derrota en el Campeonato del Mundo 2013, ante Croacia (25-27), en un encuentro en el que pagó su falta de claridad para aprovechar las superioridades numéricas.

La derrota lleva a España a la segunda posición del grupo D, por lo que se enfrentará con Polonia, Serbia o Eslovenia en los octavos de final, mientras que Croacia, que tendrá a Bielorrusia en octavos, se "condena" con este triunfo a un durísimo camino hacia la final, en el que franceses y daneses se perfilan como los rivales de los balcánicos.

Derrota, por tanto, agridulce, que, sin embargo, España nunca pareció buscar, como demostró desde el arranque del partido, en el que, espoleados por el público que abarrotó la Caja Mágica, los internacionales españoles evidenciaron que por esfuerzo, entrega e ilusión no iba a quedar.

Lo demostró el extremo Víctor Tomás, que no dudó en lanzarse por el suelo para recuperar un balón imposible cuando el reloj ni tan siquiera señalaba los primeros treinta segundos de juego. El problema es que para vencer a Croacia hace falta mucho más que corazón y coraje, dada la contundencia de un conjunto balcánico que penaliza con las manos de sus veloces extremos cada mínimo error en ataque de su rival.

España, obsesionada por evitar las pérdidas de balón, apenas buscó a los extremos y pivotes. Julen Aginagalde siempre estuvo perfectamente marcado y la selección de Valero Rivera acabó abocada a depender de su lanzamiento exterior, la faceta que deja más dudas.

Todo lo contrario que Croacia, que, pese a la baja del lesionado Blazenko Lackovic, demostró que dispone de un nutrido arsenal de cañoneros, entre los que destacó en el primer tiempo el exjugador del Reale Ademar de León Damir Bicanic.

Una sucesión de latigazos en la que España tenía todas las de perder, como no tardó en demostrarse, ya que apenas bastó que Alberto Entrerríos, el más efectivo de los lanzadores españoles, fallara para que Croacia se distanciase (7-9) en el marcador.

La irrupción de Jorge Maqueda, que tras errar sus primeros tres lanzamientos encontró definitivamente la distancia en el tramo final de la primera mitad, ni las dos exclusiones del croata Gojun, sirvieron a España para acortar distancias. Al menos en la primera mitad (13-15), ya que tras el descanso el conjunto español fue otro en defensa. Tal y como ocurrió ante Hungría, el cambio a la defensa 5-1 con la presencia de Aitor Ariño en la posición de avanzado revolucionó a España.

Una revolución a la que la propia Croacia se encargó de dotar de pasión, con un feo golpe de Igor Vori sobre Jorge Maqueda que propició al despertar del público de una Caja Mágica que hasta entonces parecía llevar con resignación la superioridad tanto en el juego como en el marcador de los balcánicos.

Esa resignación se tornó en rebeldía, en resistencia a una derrota que, pese que a la larga podría ser beneficiosa en el campeonato, suponía un auténtico jarro de agua fría para el equipo español y, sobre todo, para los más de diez mil espectadores que habían acudido a ver ganar a su selección.

Un espíritu irredento que personificó como nadie Jorge Maqueda, que, con dos goles consecutivos, culminó la remontada del conjunto español, que a los cuarenta y cuatro minutos vencía por unos impensables en el primer tiempo tres goles de ventaja (21-18)

Pero las exclusiones de Ariño, Montoro y Maqueda permitieron a Croacia, que encontró en estos momentos la mejor versión del pivote Igor Vori, no sólo contrarrestar su desventaja, sino llegar a falta de siete minutos para el final de nuevo (22-23) por delante en el marcador.

Superioridad numérica que España, que llegó a contar hasta con dos jugadores más sobre la pista, tras las exclusiones de Gojun y Vukovic, no supo aprovechar para romper definitivamente el duelo a su favor a cinco minutos para la conclusión.

Una concesión imperdonable ante un equipo como Croacia, que de nuevo de la mano de Vori, llegó al último minuto con un gol de ventaja (25-26), que sólo el palo, en un último tiro de Albert Rocas, impidió que España, que se vio castigada por un último gol de Sprem (25-27), pudiera igualar.

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