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Anna Tarrés, un torrente de independentismo catalán

Se define a sí misma "independentista, procatalana y nacionalista" y sueña con entrenar algún día "a la selección catalana".

Se define a sí misma "independentista, procatalana y nacionalista" y sueña con entrenar algún día "a la selección catalana".
Anna Tarrés celebra un triunfo con la selección española. | EFE

No vamos aquí a descubrir ahora a "la maltratadora" Anna Tarrés. Eso ya lo hicieron a la perfección las propias nadadoras y el periodista Joan Busquets. Ahora toca centrarse en su faceta independista catalana, proclamada continuamente y a los cuatro vientos. Curiosamente,  después de años y años de defender a la selección española, cobrar de la federación española de natación, y trabajar en Sant Cugat, un centro de alto rendimiento que, por supuesto, sobrevive con el dinero del Estado. El español, claro.

Porque las declaraciones de ayer, aunque pudieran sorprender a alguno, no fueron ni mucho menos las primeras, sino una más de muchas. De hecho, es una persona que se define a sí misma como "independentista, procatalana y nacionalista", así que lo de que ayer considerara Cataluña como "mi país" es algo normal para ella.

En una charla reciente con La Vanguardia, Anna Tarrés ya afirmaba que para ella sería "un honor defender los colores de Cataluña", algo que viene alimentado por la propia prensa catalana, que ha encontrado siempre en la entrenadora de sincronizada un gran baluarte para defender ese independentismo catalán en el deporte.

Especialmente preocupante fue este speech del periodista de TV3 Xavi Valls –el mismo que el del vídeo de las hienas y el Madrid– al poco de que se le anunciara a Tarrés que no iba a continuar al frente de la selección española. Aquí reproducimos todas las palabras al completo. Y es un programa de deportes, ojo; no un mitin político de hace mucho, mucho tiempo:

"Después de 18 años al frente del equipo español de natación sincronizada Anna Tarrés ha sido despedida por teléfono y sin ninguna explicación. Ya han salido voces celebrando esta decisión. La mayoría, de nadadoras con las que Tarrés no contó. Una de ellas, además, la ha acusado de querer contar únicamente con nadadoras catalanas. Está claro que no se han explicado las verdaderas causas de este despido. Y el presidente de la federación española tiene la obligación de hacerlo. Pero quizá también le cueste explicar esto: los éxitos de la natación en los Juegos de Londres no son éxitos de la natación y de la Federación española, son éxitos catalanes. Mireia Belmonte, el equipo de sincro, el equipo femenino de waterpolo... Éxitos hechos y fabricados en el CAR [Centro de Alto Rendimiento] de San Cugat al margen de la Federación española. Y es evidente que, con la candidatura olímpica de Madrid en el horizonte, esto es un problema. Ya es triste que un equipo catalán, entrenado por una catalana, en Cataluña, dependa finalmente de las decisiones caprichosas que toma alguien desde un despacho de Madrid. Continuamos esperando que Fernando Carpena explique las verdaderas causas de esta destitución. Pero ya veis que el conflicto Cataluña-España también está bien vivo en el mundo del deporte. Esta noche he tenido un sueño, como Martin Luther King o como Pasqual Maragall. Eran los Juegos de Río de Janeiro de 2016, y Andrea Fuentes y Ona Carbonell se colgaban la primera medalla catalana de la historia, y en el podio sonaba Els Segadors. Y, a unos metros de distancia, una señora rubia con gafas de pasta lo miraba emocionada. Era la seleccionadora catalana, era Anna Tarrés. Después he despertado y me ha venido a la cabeza aquella cita de Mark Twain que decía: ve con cuidado con lo que sueñas porque, a veces, los sueños se hacen realidad".

Algunas críticas han llegado también a Tarrés por eso, por tener el equipo plagado de nadadoras catalanas. Pero lo cierto es que viendo los resultados históricos conseguidos por la selección española, uno no tiene ninguna duda de que era el mejor equipo posible, y que la procedencia no es más que una casualidad. Dice, de hecho, Tarrés, que nunca ha mirado el DNI de sus nadadoras, y seguramente sea cierto.

Pero no lo es menos que, si bien es comprensible que buena parte de los entrenamientos fueran en catalán (teniendo en cuenta el gran número de nadadoras que lo hablaban) no puede serlo que una chica tuviera que denunciar que Tarrés se negaba a dirigirse a ella en castellano y que "me echó por no entender el catalán". Por no hablar de que se refería una y otra vez como catalana a una de sus nadadoras, mallorquina.

En otras declaraciones recientes, la exseleccionadora afirmaba que "la sensación es que España no quiere a Cataluña, dejadnos ir". "Cada vez que se nos acusa de hablar una lengua que no se entiende, lo que se provoca en nosotros es la reacción contraria. Si no nos queréis, dejadnos ir. Pero la sensación es de que no se nos quiere" continuaba, para terminar afirmando que "en estos momentos casi me están obligando a ser cada día más independentista".

Casi nada. Los que defienden a Tarrés afirman que no se deben mezclar cosas, y que hay que tener en cuenta ante todo los resultados conseguidos para valorarla. Incluso ella misma asegura que "no se debe mezclar la velocidad con el tocino". Pero curiosamente es Anna Tarrés quien mezcla política con deporte. Y de ahí le ha venido todo el inmenso apoyo que sin duda recibe de la prensa catalana.

Porque todo esto que aquí hemos visto, ¿es política o deporte? Y a Anna Tarrés, ¿la prensa la quería más desde un punto de vista deportivo, o desde un punto de vista político? Porque viendo el famoso vídeo de Xavi Valls, surgen muchas dudas... 

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