El abanderado español en los JJOO de Sochi, Javier Fernández, ha desatado la polémica este viernes al asegurar en una entrevista en El Mundo que es "mejor que los homosexuales se corten un poco estos días de los Juegos y luego que sigan con su vida". El patinador considera que "los Juegos son deporte y no política", pero que también "hay que respetar las leyes del país que visitas", haciendo referencia a la legislación antigay, que fue impulsada hace unos meses por el presidente ruso Vladimir Putin.
Estas polémicas declaraciones de Fernández ya están siendo muy criticadas en las redes sociales y han provocado la indignación de la Confederación Española LGBT COLEGAS, que ha emitido un comunicado para condenar unas declaraciones a las que considera "un mal ejemplo para representar y abanderar un país como España".
"Desde COLEGAS nos parece inaudito que alguien que representa los valores de España en los Juegos Olímpicos, entre los que se encuentran el gran respeto a los derechos humanos y el alto sentido de la justicia y la solidaridad, haga este tipo de declaraciones insultantes hacia los gays y lesbianas".
Además, el presidente de COLEGAS, Paco Ramírez, ha asegurado que Javier Fernández "desconoce la situación real que viven los LGBT en Rusia y cualquier persona que los apoye".
Fernández ha pedido disculpas
Después de sus polémicas declaraciones, el patinador español ha pedido disculpas "si ha ofendido a alguien" y ha dicho que él está en los Juegos de Sochi "para competir, como están todos los deportistas".
Fernández ha escrito varios tweets al respecto. "Pido perdón si se han malinterpretado mis palabras y he ofendido a alguien!", dice en el primero. Y luego añade: "Yo estoy en los Juegos Olímpicos de Sochi para competir como están todos los deportistas, todos nos respetamos y somos compañeros".
Tras señalar que "nunca en la vida" ha tenido "ningún problema con los homosexuales", señala: "no sabes cómo se sufre el ver que todos se ponen contra ti porque un periódico saca algo de contexto que yo no he dicho...".
La legislación rusa contra la propaganda homosexual entre menores se ha considerado un ataque a los derechos de este colectivo en el país organizador de los Juegos, lo que ha generado una gran polémica en vísperas de la ceremonia inaugural de hoy.