Cuando parecía que estaba trabajando para Nairo Quintana, que no iba a ser su día, que le tocaría buscar su oportunidad en otro momento. Cuando incluso parecía que los movimientos de días anteriores barruntaban que no estaba en su mejor forma, Alejandro Valverde ha vuelto a sacar a relucir esa clase que atesora en el primer gran final en alto de esta Vuelta a España, al imponerse en la meta de Cumbres Verdes, en Granada.
De nuevo, una etapa con muchísimo calor marcada por la larga escapada del rey de la montaña, Lluis Mas y el holandés Pim Ligthart, pero que esta vez se ha decidido en la última subida. Apenas eran 4'5 kilómetros, pero el calor y el alto ritmo de aproximación de equipos que veían una clara opción de victoria en esta sexta jornada, han dejado muy tocados a algunos de los candidatos al triunfo.
Valverde hizo toda la subida en cabeza
Así, desde pie de puerto se puso el murciano Alejandro Valverde a tirar del grupo de favoritos. Era el que se dejaba ver, el que ya lo había probado días anteriores, pero el que trabajaba para su jefe de filas. Ponía un ritmo duro, intentando desgastar a los grandes rivales: a los Froome, Contador y Purito. No eran los únicos, pero ellos tres, junto a Quintana son los que más pujan por vestir el maillot rojo. Durante más de tres kilómetros tiró Valverde del grupo, hasta que a falta de 800 metros, fue el catalán del Katusha, Joaquím Rodríguez, el que intentó mover el árbol. A su rueda tenían que salir otros como Quintana o Froome, ya que Alberto Contador es el que más quiere que pasen los días.
Pero en lugar de eso, fue Valverde el que se lanzó a por la rueda de su compatriota. Le había dicho Quintana su compañero de Movistar que bajara el ritmo, que tras muchos días sin competir desde que ganó el día (tan sólo en la Vuelta a Burgos, y en la que se impuso), no encuentra todavía el golpe de pedal. Así que cogió la batuta Valverde y se soldó a Purito.
Responde y supera el ataque de Purito
Al catalán no le gustaba llevar al murciano a su rueda, por lo que bajó el ritmo para que llegaran por detrás Froome y Contador, con Quintana unos metros más retrasado. No podía el colombiano. Sí el británico, que no dejaba de mirar si llevaba el desarrollo adecuado, y Contador, siempre agazapado, dejando pasar los metros y que fuercen otros.
Pero Valverde no quería sorpresas. Ya fue líder un día, y tras las críticas por ser cuarto en el pasado Tour, se levantó sobre los pedales, recordó todas esas voces discordantes, miró la meta de Cumbres Verdes, como a él le llaman, Balaverde, y se lanzó como si fuera la última etapa de la Vuelta. Brazos en cruz, mirando hacia atrás, y a celebrar la victoria.
A sus 34 años, ganando desde febrero y demostrando que tras trabajar durante toda la subida se puede ganar, el murciano hace doblete y se viste con el maillot rojo de líder. Victoria y bonificación, con Froome y Contador en el mismo tiempo, con Purito a 8 segundos y Quintana a 12. El murciano es líder. Quizá sea algo efímero, ya que con otra gran etapa de montaña, y ante presumibles ataques de gente como Froome o Contador, Valverde no parece que pueda aguantar con tantos kilómetros en la piernas. Él piensa más en el Mundial, pero de momento, segundo día de líder y victoria de etapa. Así es Valverde.