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Fabio Aru gana en el Alto de Aralar y Contador sigue líder de la Vuelta a España

El italiano del Astana se ha impuesto en la undécima etapa por delante de Valverde y Purito Rodríguez.

El italiano del Astana se ha impuesto en la undécima etapa por delante de Valverde y Purito Rodríguez.
Fabio Aru celebra su triunfo en San Miguel de Aralar. | Imagen TV

Cuenta la leyenda que donde está el Santuario de San Miguel de Aralar, cima donde estaba situada la meta de la undécima etapa, Teodosio de Goñi perdió las cadenas que arrastraba por haber matado a sus padres y gracias a la intervención del arcángel San Miguel fue capaz de derrotar al dragón. Más de un milenio después, con otro tipo de cadenas y empujado por las piernas, fue Fabio Aru, un delfín de Nibali, el que derrotó al resto de dragones, uno de ellos, Alberto Contador, que vestido de rojo, sigue con esa prensa.

Sin el colombiano Nairo Quintana en carrera, malherido por una nueva caída y eliminado de la ronda española, todas las espadas apuntaban a ver una lucha entre los españoles Contador, Valverde y Purito, frente a la representación extranjera conformada por Froome y Urán. Pero a última hora, el tercero del pasado Giro de Italia, Fabio Aru, decidió que contra los dragones él también quería luchar. Luchar y ganar.

Lucha por las bonificaciones

La etapa arrancó con un ritmo frenético –ha sido dejar el calor del sur y sube la media de carrera-. Tanto que en el primer sprint intermedio Valverde, Contador y Purito han luchado por las bonificaciones. A una media de 50 por hora, hasta que se conformó la escapada definitiva, con el Kiryienka y el español Pello Bilbao como grandes protagonistas. Tanto, que el ruso llegó destacado, con su marcheta como si nada pasara, con el rostro inquieto, hasta el pie del puerto final, donde la carretera, o más bien el cemento, llamaba a la batalla. Pero siguiendo la costumbre de esta Vuelta, en modo youtube, haciendo valer los últimos kilómetros y que nada de lo anterior contara, todo se iba a decidir en los últimos diez de subida.

Los primeros en poner el ritmo duro en la subida final fue el Sky. Pero en una situación extraña, el que más sufría era su líder, Chris Froome, que realizó toda la subida haciendo la goma, más en las posiciones retrasadas que en cabeza. A falta de más de seis a meta se le vea con mala cara, moviendo un cadencia alta en busca de su mejor desarrollo. Pero no llegaba y sí los primeros ataques. El del holandés Gesink y el del irlandés Dani Martin. Pero nunca con serias opciones de ganar la etapa.

Probó Contador, pero todos a su rueda

Hasta que llegó el gran momento, donde en el ciclismo actual tienen marcada la zona límite. Esos dos últimos kilómetros, los que provocan dudas en los favoritos. Tienen ganas de atacar, y en esa distancia, las piernas producen esa potencia que se descarga a modo de espada blandiendo sobre el dragón. Pero las motos y las pocas ganas paralizaron esos ataques.

Probó Aru justo en el momento en el que frenaron todos. En esa pista de cemento, sin que agarrara mucho, el italiano iba suelto. Como en el Giro; o como su amigo y líder en el Tour, Nibali. Parecidos físicamente, también ahora sobre la bici. De nuevo probó el italiano, marchándose sólo a meta.

Y Contador, sabedor de su menor punta de velocidad, permitía el ataque de éste. Incluso su victoria. Así no son 10 segundos de bonificación que ganara alguno de sus rivales. Contador no los iba a llevar a rueda. Y Valverde y Purito, con mejor rush final, buscaron su distancia camino de la cima de San Miguel de Aralar. Sin dragones. Sin estridencias. Un par de segundos más que rasca Valverde ante Contador. Pero un día más que éste sigue de rojo, sin ruborizarse, encantado de ser líder. Un día más, un día menos. Sin mitos. Con la realidad, de rojo, sobre sus hombros. Aru gana, Contador resiste.

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