La Super Bowl va más allá de un acontecimiento deportivo en Estados Unidos. Se trata de una cita anual que reúne a familias y amigos frente al televisor a la altura de la grandes celebraciones familiares como la Navidad o el Día de Acción de Gracias.
No es un día más y no es un partido de fútbol americano más. su relevancia ha ascendido al plano social. Es el el momento más seguido en la televisión norteamericana y los comentarios sobre lo que sucede allí alargan durante semanas.
Por ello, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos ha establecido como "zona libre de drones" el estadio de Arizona en el que el domingo se disputará la Super Bowl y ha pedido a los aficionados que "dejen su dron en casa".
Máxima seguridad
Existe el temor de que ante la espectación que genera el evento puedan producirse incidentes con estos aviones no tripulados, como el que tuvo lugar en la Casa Blanca días atrás con un dron que se estrelló en el jardín.
Por ello, la máxima autoridad aérea del país quiere aumentar la seguridad en el campo de la Universidad de Phoenix, en Glendale (Arizona) y de los 72.000 asistentes que presenciarán la final. El estadio acogerá el domingo la 39 edición del Super Bowl de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), en el que los Seahawks, campeones de la Conferencia Nacional (NFC), se enfrentarán a los Patriots de Nueva Inglaterra, en posesión del título de la Conferencia Americana (AFC).
No solo los drones tendrán prohibido volar, las avionetas y los helicópteros de los medios de comunicación estarán prohibidos en un radio de 16 kilómetros en torno al estadio. Las autoridades de Phoenix estiman que más de 100.000 personas participarán en las actividades que se celebrarán en el marco de la Super Bowl, considerada como un evento de seguridad nacional de primera magnitud.