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Por unos bolardos mal señalizados

La brutal caída en la Vuelta al País Vasco que enfada a los ciclistas

Cuatro corredores se cayeron en la recta de meta y tuvieron que ir al hospital. El español Pardilla y el estadounidense Stetina, los peor parados.

Cinco corredores han tenido que ser trasladados a los hospitales de Basurto y Cruces como consecuencia de diferentes caídas en la primera etapa de la 55 Vuelta al País Vasco, una jornada con salida y llegada en Bilbao (162,5 kms.), según el parte médico remitido por la organización.

Cuatro de esos corredores se han lesionado en una caída durante el esprint final en la cola del pelotón cabecero, el español Sergio Pardilla (Caja Rural), el estadounidense Peter Stetina (BCM), el francés Nicolas Edet (Cofidis) y el británico Adam Yates (Orica GreenEdge). El quinto, el francés Pierre-He Lecuisinier (FDJ), se cayó en el kilómetro 93.

Pardilla, el peor parado, ha sufrido "un traumatismo craneoencefálico (TCE), hemoptisis (expectorar sangre) y una fractura en la muñeca izquierda", y, "tras recibir atención médica y estabilización 'in situ'", ha sido "derivado en ambulancia medicalizada de la DYA al hospital de Cruces", en la localidad cercana de Barakaldo.

A Stetina se le ha diagnosticado "una fractura de la rótula izquierda y la meseta tibial", además de "varias fracturas costales", debido a lo cual ha sido "enviado en ambulancia de la DYA al Hospital de Basurto", en la capital vizcaína.

Yates y Edet han sido trasladados "al hospital de Basurto para realización de estudios complementarios" después de detectárseles "una fractura en el dedo mayor de la mano derecha", en el caso de Yates, y "una fractura en el extremo distal de la clavícula izquierda y una fractura costal", en el de Edet.

Lecuisinier ha sido "trasladado en una ambulancia de la DYA al Hospital de Basurto", donde se le ha diagnosticado una fractura de olécranon (la cabeza del antebrazo) izquierdo".

Sobre la caída cercana a la meta en el esprint final, uno de los implicados en ella, el alavés Mikel Landa (Astana), ha dicho: "Los corredores que estaban por delante de mí golpearon una señal de tráfico y me caí. Viéndoles a ellos puedo decir que tuve suerte".

Tras la caída del lunes, el arranque de la salida del martes se retrasó cinco minutos como medida de protesta, algo que muchos consideraron insuficiente. Se quejan de la mala señalización de los bordados, que sólo tenían unos conos puestos para avisar del peligro, y los que llegaban por detrás no pudieron verlo ni esquivarlo.

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