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Rubén Plaza consigue el tercer triunfo español en el Tour de Francia 2015

El alicantino, ganador en Gap, se reencuentra con la victoria en una grande diez años después. Nibalia recorta 28 segundos a los favoritos.

El alicantino, ganador en Gap, se reencuentra con la victoria en una grande diez años después. Nibalia recorta 28 segundos a los favoritos.
Rubén Plaza celebra su triunfo en la meta de Gap. | EFE
A los pies de los Alpes, con el recuerdo en la menta de las caídas de Joseba Beloki y de Alberto Contador (éste, hace dos años). Con el recuerdo de la suerte aquella de Armstrong. Y con la idea de que cualquier metro puede, y debe, ser válido para tratar de poner en aprietos al líder. Pero con la sensación a la vez de que no va a ser nada fácil.
Así se presentaba esta décimo sexta etapa del Tour, un día que invitaba a la lucha, tímida. A que los mejores se prestaran a subirse a los caballos. A que jugaran a ganar la ronda gala. Aunque para juegos, los de la fuga. De nuevo, Sky cedió y dejó marchar a un grupo numeroso que no ponía en aprietos su liderazgo. Y entre ellos cinco españoles: Navarro y Maté, de Cofidis; Erviti, de Movistar; Irizar, de Trek; y el ganador, Rubén Plaza, del Lampre.

Rubén Plaza, el más fuerte y el más listo

Un bregador en esto del ciclismo. Un hombre que ha pasado por todo, por estar incluso sin apenas poder andar por una gravísima lesión. Y que diez años después de ganar en una grande, en la Vuelta a España, este lunes ha conseguido su primer triunfo en el Tour. Lo ha hecho resolviendo como lo haría su teórico jefe de filas, el portugués Rui Costa, ya en casa.
Porque para ganar ante otros 22 ciclistas no sólo hay que ser el más fuerte, sino el más listo. Arrancar en el momento clave y tener esa suerte para que ninguno te siga. Porque entre esos algunos había uno que parece destinado a no levantar los brazos, el eslovaco Peter Sagan. Viendo los 23, todos apuntaban a Sagan como segundo, entrando detrás de alguno. Y si ése que le precedió en meta fue el alicantino Rubén Plaza. Nacido en Ibi, en la ciudad del juguete, ha manejado la subida final al Col de Manse como si estuviera en su infancia, corriendo con su bici en verano después de ver el Tour.

De la generación de Valverde, tiene dos campeonatos de España en ruta. Un hombre de confianza en los equipos en los que ha estado. Y que hoy se ha ganado a pulso seguir teniendo esa confianza. Tan necesaria.

Como necesaria era creerse fiable en la bajada final. Ahí intentó Sagan, el equilibrista en estos terrenos (es bueno en todo), tratar de cazar a un rodador como el alicantino. Imposible.

Impactante caída de Geraint Thomas

Como imposible parece por momentos dejar a Froome. Aunque las muestras de flaqueza de su equipo empiezan a aparecer. Así ha sido, por lo menos, con su equipo. Además, ya se llevan un susto con la impactante caída de Geraint Thomas en la bajada final. El galés ha sido embestido en una curva por el francés Warren Barguil y le ha mandado fuera de la trazada, estampándose de manera lateral contra una farola aunque, por fortuna, sin consecuencias.

Antes, en la subida, se vio al Tinkoff de Contador incrementar el ritmo con Kreuziger. Reduciendo el grupo a las unidades habituales. Ya no hay sorpresas. Los que queda son los de siempre. Después Scarponi, compañero de Nibali, tensó la cuerda. Atacó Valverde; lo intentó Contador. Ninguno con suerte. Froome y el Sky no quiere que los más cercanos se marchen. Porque hasta el quinto, que es el madrileño, a 4'23", se marca el límite a los que dejar o no hueco.

Por tanto, que ataquen otros como ha hecho Nibali no es problema para el maillot amarillo. A éste sí le han dejado que cogiera segundos de ventaja en la cima y llegara con 28 de adelanto sobre el grupo de los grandes favoritos.

Valverde dirigía la bajada, pero a su compañero Nairo Quintana no se le veía el cuerpo con ánimo de probarlo en el descenso. Así que ha sido una bajada sin querer arriesgar más de la cuenta, y más tras el golpetazo de Thomas, que ha metido miedo, que ha cortado a algunos y que ha hecho que se levante el pie.

Hay miedo a perder lo ganado. Y hay miedo a Froome. Sin embargo, todavía quedan cuatro auténticas etapas de montaña. Quedan todas las etapas de los Alpes, donde se tienen que ver si las tendencias que se están adivinando estos días son ciertas. Si Nibali va a seguir siendo batallador y puede que buen aliado. Si Contador y Valverde van a tratar de poner patas arriba la carrera y así sacar a Van Garderen del podio. Y sobre todo, si Quintana va a poder reducir esa enorme desventaja que tiene con respecto a Froome. Todos, en especial el colombiano, parecen ir a más. Queda la duda de si el británico ha gastado de más en estos dos primeros tercios de carrera. A partir del miércoles saldremos de dudas.

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