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Romain Bardet gana en el segundo asalto en los Alpes

El corredor del AG2R ha logrado su primer triunfo en la ronda gala y el segundo de un francés en la presente edición.

El corredor del AG2R ha logrado su primer triunfo en la ronda gala y el segundo de un francés en la presente edición.
Romain Bardet celebra su victoria. | EFE

Otra bala desaprovechada en el camino a París. Otro día que no ha servido para mucho en el Tour de Francia. Vale que esta carrera consiste en una sucesión de esfuerzos, de manera que siempre alguien se vaya cayendo del árbol. Pero parece que los grandes nombres llegan a esta parte final muy igualados y se ve complicado que las diferencias puedan voltearse.

Lo intentan Alberto Contador y Vincenzo Nibali. Pero sus ataques siempre acaban siendo sepultados por algún otro. El primero en probarlo fue el corredor madrileño, muy lejos, subiendo el Glandon, el gran puerto del día, de más de 22 kilómetros de ascensión. Quedaban 47 a meta y el objetivo era enlazar con otro grupo que había delante, donde estaban del sexto al décimo, la otra guerra por el puestómetro.

Todo ello, cuando el ganador de la etapa, el francés Romain Bardet, ya estaba haciendo hueco él sólo camino de la meta. Atacó poco antes de coronar ese puerto, favorecido, entre otras cosas, por una moto que tiró a su compañero de fuga, el danés Fuglsang. Tampoco Joaquím Purito Rodríguez iba en sus mejores condiciones, con el sueño de pelear por el jersey de la montaña. Coronó los cinco puertos anteriores en cabeza. Pero el fuera de categoría, el que reparte los puntos, se le quedó lejos. Descolgado de los de cabeza, se tomó lo que quedaba de etapa con tranquilidad para soltar piernas y pensar en el día siguiente.

Sólo quedan dos balas

Y eso parece que tendrán que hacer los de la general. Pensar en las dos últimas batallas alpinas. Ya no hay más donde buscar. Y algo tendrá que hacer Quintana si, de verdad, quiere el amarillo. Si la anterior y esta etapa no le valían, la de La Toussuire y Alpe d'Huez no dan lugar a equívocos. Ahí ya tiene que ser todo o nada. Es decir, no buscar a los que atacan para cazarlos y parar.

Lo intentó el colombiano dos veces. En el Glandon, tras secar el ataque de Nibali; y en la última subida del día, desde cuya cima sólo restaban diez a meta, también tras ataque del italiano. Porque el Tiburón y Contador son los que menos tienen que perder. Ya han ganado el Tour antes y entre ser cuarto o décimo no hay diferencia para ninguno de ellos. Por esa razón, en sus ruedas puede estar el triunfo final.

Tímido sufrimiento de Froome...y Valverde

En esa subida final a Lacets de Montvernier, tras el arreón de Nibali, se le vio sufrir a Chris Froome. Tímidamente, pero parece que sus sensaciones no fueron todo lo buenas que le hubiera gustado al británico.

Aunque para sufrimiento el de Valverde, que volvió a hacer esa paradinha tan suya. Y ese síntoma con dos etapas de montaña no es lo que mejor le viene al murciano. Cuando atacó Valverde, parece que Quintana le miró. No queda claro si fue en plan "ve a por él" o "déjalo", pero el murciano no salió. Quizá, también, auspiciado por las críticas llegadas desde España por haber atrapado el día anterior a Contador cuando lo intentó también de lejos. Esta vez no salió en el Glandon. Pero sí lo hizo poco después al ataque de Nibali en esa subida.

Luego volvió a probar el italiano y ahí se vio que no iba lo fino que quería el campeón español. Los fugados coronaron ese coloso primero, con Bardet y Anaconna, de Movistar, por delante. Luego los perseguidores. Y detrás de éstos, Contador, junto a Frank, Barguil y Gesink, luchadores del top ten. Segundos después Nibali, Quintana, Froome...pero no Valverde, que llegaba con Mollema sufriendo, peleando por seguir vivo.

En el largo descenso todo volvió a su origen. Contador cazado y Valverde enlazando. Ahí se mentalizó el murciano que no vuelve a caer en el error y no dejará marchar al madrileño. Está Valverde ante su oportunidad única de hacer podio. El año pasado se le escapó y este año no quiere repetir errores, no quiere dejar pasar la opción de subir al podio de París.

Para ello, va a tener que agarrarse a las ruedas de los demás. Incluso hoy Quintana ha terminado "trabajando" para el murciano, secando el segundo ataque de Nibali en la última subida.

Ahora quedan sólo dos balas. Dos etapas, cortas ambas, para que todo estalle por los aires. Contador y Nibali anuncian, sin decirlo, batalla desde lejos. Desde lejos por la posición que ocupan; y desde lejos porque kilómetros hay pocos (138 el viernes y 110 el sábado), por lo que la escaramuza tiene que ser casi de salida para romper al Sky y al Movistar, aliados sorpresa en estos dos últimos días.

A los británicos les viene bien la ayuda de la escuadra telefónica. Éstos defienden dos cajones del podio; Froome y los suyos el amarillo. Por lo que raro parece que entre ellos se peguen antes de las últimas subidas. Se anuncia batalla, faltan guerreros.

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