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Nelson Oliveira brilla en Tarazona y logra su primer triunfo en una grande

El portugués inaugura también el casillero de victorias del Lampre.

El portugués inaugura también el casillero de victorias del Lampre.
Nelson Oliveira celebra su victoria en Tarazona. | EE

El ciclismo, está claro, es un deporte donde el motor principal lo ponen las piernas. Pero no es lo único que hacen a un ciclista ser diferencial. La cabeza, "el coco", cuenta. Y mucho. Y la inteligencia táctica en carrera. Por eso, en días de los llamados de transición, idóneos para valientes que buscan escapadas, ser capaz de resolver esa fuga a tu favor no es nada fácil. De ahí que lo ha hecho el portugués Nelson Oliveira, del Lampre, tenga su importancia.

Por inteligencia suya, sabiendo donde atacar, y por inteligencia de su equipo. A veces, esa victoria se decide en un trabajo por detrás. Lampre metió en la fuga de 24 a tres hombres, el único equipo que lo hizo. Otros tenían dos y algunos sólo contaban con uno sólo. Y ese ciclista de más es el que le ha permitido ganar. Porque una vez que atacó el portugués, a unos 28 de meta, no hubo acuerdo detrás y, entre Rubén Plaza y Valerio Conti secaron cualquier intento de neutralización.

Etapa loca de salida

Una etapa que arrancó con mucha virulencia, alcanzando los 45 kilómetros en la primera hora. Eso hizo que Nairo Quintana no aguantara el ritmo y se descolgara en la primera subida del día. Sin embargo, en el descenso, y tras visitar al médico, volvió a reintegrarse en el pelotón y a acabar con los mejores.

Pero la etapa, con final en Tarazona, y previo al tríptico cántabro-asturiano, se iba a decir entre los hombres de la fuga. Primero fueron tres; más tarde ocho; y al final, 24, con el Lampre como escuadra más representada. Subieron juntos el puerto de primera, el alto de Beratón, donde Rubén Plaza pasó en primera posición. El alicantino, ganador de etapa en el Tour, sería la mejor baza de Oliveira para frenar a los que le perseguían. Pero también ha dejado claro que lucha por el maillot de la montaña y que se lo va a poner duro a Omar Fraile, su poseedor actual.

En el pelotón, al 'tran-tran' del Astana de Fabio Aru, al que no le preocupaba la escapada, donde los mejores eran Romain Sicard y Gianluca Brambilla, a 6'41" y 6'42", todo era tranquilidad. En la fuga, los corredores volvieron a su época de juveniles, a 'palos' entre ellos. Llegó la última subida del día, el Alto del Moncayo. Primero, el propio Oliveira, junto a Sylvian Chavanel; cazados, turno para el polaco Poljanski; y neutralizado éste, de nuevo el portugués.

Ya no hizo falta más. Aunque Europcar y Etixx tiraran (más por meter a los suyos en la general), Oliveira, consumado contrarrelojista, ya saboreaba el triunfo. Y, por si acaso, su director, Orlando Maini, sacaba el cuerpo del coche gritando en español dándole ánimos a su pupilo. La victoria ya era suya. Él sólo, ante uno o dos hombres que tiraban por detrás, como mucho, aumentaba paso a paso la diferencia en los últimos 28 kilómetros, llegando a sacar un minuto al resto de fugados.

Miedo en el pelotón

Sin embargo, aunque parecía que la etapa finalizaría con calma para el gran grupo, al primer mínimo atisbo de viento cerca de meta, el Tinkoff-Saxo, el equipo de Majka, tira del grupo. ¿Defender la posición de su corredor para Sicard y Brambilla no le pille en la general? ¿O provocar abanicos y dejar a alguno de la general fuera? No se sabe, pero a ese movimiento entró también Movistar. E incluso el Orica, por Chaves.

Parecía día tranquilo, pero ni aún así, con peligro por el viento. Al final, todos entraron de la mano, junto, como no van a hacer este fin de semana ni el lunes. Fuente del Chivo, Sotres y Ermita del Alba llaman a la puerta. Fabio Aru, Purito, Majka, Valverde y compañía tratarán de eliminar al croner Dumoulin, el hombre que puede ser la gran sorpresa. Ahora llega el momento de la verdad, el día de los hombres de la general.

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