La crónica de los cuartos de final del Mundial de Inglaterra de Rugby es una historia de cómo el Hemisferio Norte sucumbió al poderío físico del Sur. Irlanda, País de Gales, Francia y Escocia han dicho adiós a sus aspiraciones de levantar la copa Webb Ellis el próximo 31 de octubre en Twickenham. Es precisamente en ese estadio londinense, la catedral del rugby, donde se ha vivido el encuentro más emocionante de toda la jornada entre Escocia y Australia.
Las lágrimas de Escocia
Era a priori el partido menos interesante de todos los que había en liza. Aparentemente los escoceses caerían bajo la fiereza de los australianos como antes habían caído Inglaterra y País de Gales en la fase de grupos. Los Wallabies han vencido a todos los británicos en este mundial de Inglaterra. Pero los del cardo plantaron cara y arrestos y estuvieron a un paso de pasar a semifinales como únicos representantes del maltratado Hemisferio Norte. No pudo ser.
En un partido muy igualado no debía haber errores. Sin embargo, a falta de un minuto y con toda Escocia aguantando la respiración, un desdibujado Bernard Foley -no estuvo muy acertado en los tiros a palos el australiano- hizo válido un golpe de castigo que se llevó las ilusiones de los habitantes de más allá del muro y de parte de los que habitamos por encima del ecuador. El ajustadísimo resultado (35-34) da fe de la intensidad de un encuentro que se le fue al XV del Cardo entre los dedos y con lágrimas en los ojos.
Australia se enfrentará el próximo domingo a Argentina que venció por 20 a 43 sin muchos problemas a una Irlanda mermada por las lesiones y sin sus máximas estrellas. Los Pumas vuelven a las semifinales de un mundial tras Francia 2007 y en una forma sensacional.
Los argentinos dominaron todo el encuentro y no dieron opción a los irlandeses que en pocas ocasiones pudieron romper la defensa de acero del equipo sudamericano. La progresión de Los Pumas en este mundial es fantástica y pueden poner en aprietos a Australia y verse por primera vez en una final.
El heredero de Lomu acaba con Francia
Si hay un jugador de leyenda en Nueva Zelanda, y también en el rugby mundial, ese es el neocelandés Jonah Lomu. El ala de los All Blacks se dio a conocer al mundo en Sudáfrica 1995 cuando pasó literalmente por encima de Inglaterra. En este mundial Julian Savea ha traído a la memoria ese episodio con sus 1’92 metros y sus 106 kg quitándose de en medio a tres defensores franceses que estaban en la consecución de uno de sus tres ensayos.
Los All Blacks no cedieron a su particular mala suerte con los franceses y vencieron por 62 a 13 en un encuentro en el que los galos poco tuvieron que hacer. El vendaval de los australes no será fácil de detener por Sudáfrica en la semifinal que los enfrentará el próximo sábado.
Por su parte, los africanos vencieron a País de Gales por 23 a 19 en un partido que se decidió en los últimos minutos gracias a un gran ensayo del medio de melé Fourie Du Preez.