La selección española femenina de rugby 7 debutó hoy en los Juegos Olímpicos con una doble derrota por 7-24 ante Francia y por 5-31 ante Nueva Zelanda, en la jornada inaugural de la competición.
El primer partido supuso el regreso de este deporte al programa de los Juegos después de 92 años de ausencia y en el que fue el primer encuentro de la historia de la competición en categoría femenina.
Francia siempre fue por delante en el marcador, hizo un partido consistente y aprovechó errores iniciales de una España que le costó coger ritmo.
Las galas se adelantaron en el marcador primero en una carrera de Crassineau que pilló a contrapié a la defensa española y después lograron un segundo ensayo por en una jugada a la mano, que acabó apoyando Guerin.
El tercer ensayo francés llegó tras un saque lateral sobre la línea de 22 metros, que apoyó Ladagnous, que puso muy cuesta arriba el partido para el equipo español.
El equipo dirigido por José Antonio Barrio reaccionó y logró reducir distancias por medio de Patricia García, que consiguió apoyar el balón justo en la línea tras un duro forcejeo y después transformó el lanzamiento.
Pero Francia demostró mayor fortaleza y cerró el partido con un último ensayo de Giglion, que deja la situación complicada para las españolas.
Posteriormente, España se vio las caras ante Nueva Zelanda, otra de las grandes potencias de la especialidad, en un duelo que siguió unos derroteros similares al que le había enfrentado a las galas. Y es que las oceánicas lograron dos rápidos ensayos que pusieron tierra de por medio (0-12). Pese al buen hacer español, las superioridad del siete neocelandés fue evidente, y el resultado final (5-31), así lo demuestra.
España todavía tendrá que jugar un partido más en el grupo inicial, ante la selección de Kenia, El ganador tendrá un puesto en los 1/4 de final y asegurará el diploma olímpico. Los precedentes entre ambas selecciones indican que las africanas sí son un rival a priori más asequible para el combinado español.