La polémica decisión de Donald Trump de impedir la entrada a Estados Unidos a los ciudadanos de siete países musulmanes —Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Yemen e Irán— afecta también a algunos deportistas de élite, entre los que se encuentra Mo Farah, campeón olímpico, mundial y europeo de 5.000 y 10.000 metros.
Farah, el rey del fondo mundial, nació en Mogadiscio (Somalia) hace ya casi 34 años —los cumplirá el próximo 23 de marzo—, pero tiene nacionalidad británica desde los ocho, pues de niño emigró con su familia al Reino Unido, asentándose en Londres.
El atleta reside y entrena desde hace seis años en Eugene —ciudad del estado de Oregón que es donde Nike tiene su sede central—, por lo que también se siente en cierta forma un ciudadano norteamericano pese a representar a Reino Unido en las competiciones internacionales.
Ahora, tras estas medidas de Trump, Farah se ha convertido en el primer atleta en quejarse. Y lo ha hecho a través de su cuenta personal en Facebook, donde denuncia que el presidente de Estados Unidos "me ha convertido en un extranjero".
El 1 de enero de este año, Su Majestad la Reina me hizo caballero del Reino. El 27 de enero, el presidente Donald Trump parece haberme convertido en un extranjero.
Soy un ciudadano británico que vive en Estados Unidos desde hace seis años, trabajando duro, contribuyendo a la sociedad, pagando mis impuestos y trayendo a nuestros cuatro hijos al lugar que ahora llaman "casa". Ahora, a mí y a otros muchos como yo, nos dicen que ya no somos bienvenidos. Es muy preocupante que tenga que decirle a mis hijos que papá quizá no vuelva a casa, que tenga que explicar por qué el presidente ha introducido una política que viene desde la ignorancia y el prejuicio.
Fui bienvenido en Gran Bretaña desde Somalia a los ocho años de edad y me han dado la oportunidad de tener éxito y poder realizar mis sueños. He estado orgulloso de representar a mi país, ganar medallas para el pueblo británico y recibir el mayor honor de un caballero. Mi historia es un ejemplo de lo que puede pasar cuando usted sigue las políticas de la compasión y la comprensión, no del odio y del aislamiento.